Vuelven a crecer los casos de sífilis y la población de 15 a 24 años representa el 44%
La curva de nuevos casos de sífilis -una enfermedad de transmisión sexual que si no es tratada a tiempo puede dejar secuelas- registró en la última década un crecimiento sostenido y, si bien tuvo un marcado descenso en 2020 producto de la pandemia, volvió a aumentar en 2021, en tanto que la población de 15 a 24 años concentra casi el 44% de los nuevos reportes.
La curva de nuevos casos de sífilis -una enfermedad de transmisión sexual que si no es tratada a tiempo puede dejar secuelas- registró en la última década un crecimiento sostenido y, si bien tuvo un marcado descenso en 2020 producto de la pandemia, volvió a aumentar en 2021, en tanto que la población de 15 a 24 años concentra casi el 44% de los nuevos reportes.
Los datos surgen del 39° Boletín Epidemiológico de la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis Virales y Tuberculosis del Ministerio de Salud, divulgado en las últimas horas.
El documento informó que “desde 2010, la tasa de incidencia de sífilis a nivel nacional creció de modo sostenido, muy marcadamente en los últimos cinco años, hasta su pico de 56,1 personas por cada 100.000 habitantes para ambos sexos en 2019”.
En 2020 se produjo una caída pronunciada con una tasa de 23,3 por cada 100.000 habitantes pero el año pasado comenzó a marcarse un ascenso que llevó los casos a 26,5 cada 100.000 personas.
“Las proyecciones de los registros para 2022 permiten suponer que para el próximo año la tendencia se acercará a los números pre pandémicos”, indicó el Boletín.
Graciela Manzur, jefa de la División de Dermatología del Hospital de Clínicas, dijo a Télam que esta enfermedad “venía en aumento sostenido hasta 2019 y en 2020 hubo una caída de todas las ITS (infecciones de transmisión sexual)”, pero este año en su consultorio “hubo 764 personas hasta octubre con sífilis, lo que representa un 20% de los pacientes atendidos”.
“Lo que pensamos es que el gran descenso de 2020 está más relacionado a una falta de notificación de los casos que a que hayan bajado tanto realmente, aunque pudo haber una disminución por las medidas de aislamiento”, explicó.
La sífilis es una enfermedad causada por el treponema pallidum, para la cual hay un tratamiento muy sencillo y casi sin efectos adversos: la penicilina.
Manzur describió que en dermatología suelen referirse a esta enfermedad como la “eterna simuladora”, ya que se presenta como “una erosión en la región genital, en el pene o una ulceración indolora, que si está en el cuello uterino o en la zona genital de la mujer a veces no se da cuenta”.
“También puede estar en la zona bucal o generar lesiones dermatológicas como manchas rosaditas. Ya cuando aparecen en palmas de las manos y plantas de los pies nos orientan a que puede ser sífilis”, describió.
La especialista indicó que si se trata en forma temprana puede curarse fácilmente con tratamiento; pero si pasa a un periodo más tardío puede dejar secuelas.
En relación a las etapas, la médica infectóloga Leda Guzzi dijo que los primeros síntomas (ulceraciones a nivel de los genitales externos o internos, o en cuello de útero o ano) “como son indoloros pueden pasar desapercibidos por el paciente”.
“Si no es diagnosticado en esta etapa, el organismo suele resolver solo esa úlcera y en un período que oscila entre 45 días y 6 meses se avanza a la fase secundaria en donde la bacteria ya tiene una diseminación generalizada en el organismo”, describió a Télam la integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Al respecto, señaló que en esta etapa lo más característico es un exantema -un sarpullido con manchas rojas en el tronco y en los miembros-, y lo más característico es la aparición en palmas y plantas.
“También puede haber fiebre, ganglios inflamados, alteraciones en el laboratorio, y la persona puede sentirse muy mal pero hay personas que lo cursan muy leve”, afirmó.
Guzzi marcó que “si en esta etapa no se hace el diagnostico, la enfermedad se termina autolimitando y puede con el curso de los años pasar a etapas tardías en las que puede generar dilatación de los vasos (aneurismas), alteraciones cardíacas o invasión del sistema nervioso central con la aparición de cuadros de demencia”.