Victoria de la ultraderecha en los comicios regionales en Francia
El Frente Nacional, de Marine Le Pen, se impuso en seis regiones.
Ganó la cólera, la exasperación y el miedo a los atentados, a los inmigrantes, a la pérdida de fronteras, al desempleo y a un cambio de vida en la primera vuelta de las elecciones regionales franceses. Tres semanas después de los atentados y la masacre de 130 franceses en manos del Estado Islámico, el pueblo francés se derechizó sin disimulo y eligió el domingo por un 30% al xenófo y anti europeo Frente Nacional. Un triunfo histórico para un partido “desdiabolizado” en un proceso de desintoxicación que llevó adelante Marine Le Pen y hasta forzó a echar a Jean Marie, su padre, de sus filas.
Un “voto castigo”, habitual al gobierno de turno en las últimas elecciones antes de las presidenciales de 2017, se transformó en un rechazo a las fuerzas políticas tradicionales, frente a las cuales los electores que eligieron al ultraderechista Frente Nacional sienten que los traicionan. El 49% de abstencionistas es hoy el partido más importante del país. Si no se movilizan el próximo domingo para el balotaje, en un voto republicano y táctico, el FN se va a transformar realmente en el primer partido político de Francia, en un país en estado de urgencia y bajo amenaza terrorista.
Según los primeros sondeos, el FN ganaba por el 30% de los votos. Los Republicanos del ex presidente Nicolás Sarkozy consiguieron un 27,5% y el Partido Socialista obtendría el 23% de los votos.
En las regionales se eligen los consejeros que distribuyen las ayudas agrícolas educativas, sociales, hospitalarias y los fondos europeos a las nuevas 16 regiones en que se dividió Francia. Pero los atentados y el país en guerra nacionalizó esta campaña. Los electores votaron con preocupaciones por el país, por su vida, su seguridad, su estilo de vida y no por las regiones.
Marine y Marion Le Pen, tía y sobrina, le hicieron ganar al FN personalmente con extraordinarios scores, que le abren la puerta a la hija de Jean Marie Le Pen, el fundador del FN, a las presidenciales de 2017 en Francia. Un terremoto político donde, hasta ahora, el FN era políticamente incorrecto para la mayoría de los votantes. Votarlos era usado como una amenaza en el primer turno para expresar furia, en un voto rectificado en el balotaje. No parece esta vez ser el caso. Un 30% de los franceses ha perdido la vergüenza de decir que vota al FN.
“El pueblo se ha expresado y con él, Francia levanta la cabeza. Este voto confirma lo que los precedentes escrutinios habían anunciado. El movimiento nacional es el primer partido de Francia, cuando apenas está representado en el Parlamento”, dijo Marine Le Pen, lista para alterar el sistema de proporcionalidad que rige en Francia. “No habrá cambio si no hay cambios de hombres”, agregó. “Yo llamo a todos los electores que se sienten patriotas a unirse a nuestro voto”, pidió la presidente del Frente Nacional, sonriente.
El apoyo a Marion Le Pen es sorprendente en Paca, en el sur del país, con el 41.90%. El FN ganó además en otras cuatro regiones: Alsace Lorraine Champagne Ardenne, Centro, Languedoc Rousillon-Midy Pyrenées y en Bourgogne Franche Comte.
En la desindustrializada región de Nord Pas de Calais Picardie, Marine Le Pen ganó por el 41%. Xavier Bertrand de Los republicanos y ex ministro de trabajo consiguió el 25% y el socialista Pierre Saintignon obtuvo el 18%. Bertrand llamó a todos a un voto republicano. Pidió a los abstencionistas, a la izquierda, a los conservadores, a los socialistas que lo apoyen en el balotaje para frenar el peligro Le Pen. En Calais, donde los refugiados viven en La Jungla sin poder cruzar a Gran Bretaña y hay grandes tensiones comunitarias, el FN pasó el 50% de los votos.
Otro triunfo del FN fue en Alsace Lorraine Champagne Ardenne. Allí ganó Florian Philippot, su vicepresidente y el enemigo número uno de Le Pen Padre.
El ex presidente Nicolás Sarkozy se negó a cualquier fusión o retiro de lista para el balotaje. Menos sumarse a los socialistas. Pero lanzó su diagnótico. “El veredicto de los franceses es claro. Es un mensaje que todos entienden. El mensaje es que la prioridad es que la república no puede seguir reculando, ella ha reculado demasiado y en particular, en los últimos cuatro años”, dijo Sarkozy. Y advirtió que votar al FN puede provocar “un desorden peligroso”.
Los conservadores se imponían en la Ille de France, el Pays de Loire y en Auverge Rhone Alpes. El socialista Claude Bartolone, el presidente de la Asamblea Nacional, perdió la Ille de France en manos de Los republicanos.
El socialismo pagó no solo estar en el gobierno sino sus divisiones internas, la grieta entre el presidente y su gobierno con los diputados “frondeurs” del PS, que se oponen a sus políticas, a las que acusan de “liberales” en la Asamblea Nacional. Consiguieron mantener Aquitaine-Limousin Poitou Charntes, la región más grande de Francia, y Bretaña, donde se impuso el Jean Yves Le Drian, el ministro de defensa y el funcionario más popular del gobierno. En Córcega también la izquierda se mantenía a la cabeza. Los resultados no son catastróficos como se esperaban. Pero la elección muestra una crisis de representividad de la clase política francesa frente a sus electores mñas pobres y más ricos. Paradójicamente unos y otros están unidos por la furia y la frustración: unos por el desempleo, los otros por la alta tributación.
El primer ministro Manuel Valls va a hablar al país el lunes, con los resultados oficiales en la mano. Para poder enfrentar el balotaje deberán reconciliarse con la izquierda y, los disidentes de su partido, los verdes y la gauche plural después de este voto castigo y para poder enfrenar al Frente Nacional. Han sido esas divisiones los que los han sumergido en esta derrota. Buscarán reproducir ese clima del 2002, cuando el paíos votó a Jacques Chirac para frenar a Jean Marie Le Pen.
El presidente del Mod Dem, el centrista Francois Bayrou llamó a un retiro de toda lista llegada tercera en el primer turno de las regionales para permitir “un reagrupamiento democrático” frente al Frente Nacional.“Si los estados mayores son responsables, ellos deben adoptar una línea de conducta legible para todos los franceses” pidió.
Una línea en la que coincide el ex primer ministro conservador gaullista Alain Juppe, que llamó a reaccionar “con lucidez y sangre fría”. Llamó a “aprender las lecciones de este escrutinio, “retomar el combate” y convencer a los franceses que “el Frente Nacional no aporta ninguna solución seria”. El escenario es barrera republicana al Frente Nacional. Si esa es la decisión, tendrán que convencer a los franceses que ellos no han sido abandonados por la clase política y que el desempleo será reducido. Ese es el claro mensaje de los electores en Francia: no les creen, están furiosos, totalmente desilusionados. Tienen sólo ocho días para mostrarles el camino de la esperanza en un país en guerra y decepcionado profundamente de los que lo representan.
Fuente: diario Clarín