Vicky Xipolitakis reveló que sufrió anorexia
Siempre soñó con ser famosa. En más de una oportunidad, reconoció que no necesita trabajar. Decidió que formaría parte de los medios masivos de comunicación por gusto. A partir de ese momento, no paró. Desde el principio, Vicky Xipolitakis entendió el juego mediático. Eso sí, en más de una oportunidad se le fue de las manos.
Sin dudas, la vida de Vicky cambió cuando conoció a un reconocido empresario. De un momento al otro, armó las valijas y se mudó junto a él. Se alejó de su país y se instaló en los Estados Unidos para disfrutar de una nueva vida millonaria. Ahora, está a punto de formar una familia. Vicky está feliz, embarazada de siete meses.
Si bien le encanta vivir en Nueva York, viaja cada 15 días a Buenos Aires para estar junto a su familia. A poquito de dar a luz a su primogénito, regresó a su país. Exacto, tendrá al bebé acá. Emocionada, visitó el programa de su amiga, Moria Casán, y sorprendió a todos con su fuerte relato. En “Incorrectas”, contó que cuando era adolescente sufrió anorexia.
“Me veía que estaba normal, y hoy veo una foto y era un cadáver caminando. Se te mete como un mal dentro del cuerpo, como un monstruo“, contó Vicky y agregó: “Me quería empezar a cuidar, si todas hacían dieta, yo quería hacer más, quería llamar la atención de algún punto, casi me muero, pierdo la vida. Nunca me lo voy a olvidar, llegué a pesar 35 kilos. Era un hueso caminando, me acuerdo de estar tirada en la cama, que no podía agarrar la ropa del placard, me tiraba y no la podía agarrar porque no tenía fuerza“.
Lejos de dejar el tema ahí, la joven detalló cómo superó su problema alimenticio y dejó muy en claro que se puede volver a tener una vida saludable: “A mi mamá la escuché llorando y me dije ‘¿yo voy a estar haciendo sufrir a mi familia?’. Empecé a comer despacito y dije ‘no pasa nada, estoy divina’, y comencé a recuperar la felicidad, la vida. Fue una época fea, no fue nada linda, y gracias a Dios la recuperación fue muy rápida por mi familia. Me estuvieron encima y me di cuenta que no los podía hacer sufrir“.
Fuente: Revista Paparazzi