Verduras congeladas: mitos y verdades sobre sus propiedades
En los últimos años, los supermercados comenzaron a aumentar la venta de verduras congeladas. Si bien algunos consideran este producto como un éxito total, otros tienen varios prejuicios que les impiden comprarlos. Hay cinco principales mitos que deben ser desterrados y verdades sobre sus beneficios que deben ser aclarados.
En primer lugar, hay quienes creen que las verduras congeladas no son frescas. Esto es totalmente mentira. Previo a ser congeladas, ellas son recolectadas en su momento de mayor frescura, justamente para que se conserven más tiempo.
Por otro lado, también se escucha decir que llevan colorante. Pues no, tampoco. Durante el proceso de producción, en ningún momento los vegetales son intervenidos con colorante u otros conservantes para cambiar su tamaño, color o sabor.
Y ya que hablamos de sabor, mencionamos otro mito: las verduras congeladas no tienen el mismo gusto que las frescas. Todo lo contrario; ellas mantienen sus propiedades intactas, por lo que el sabor es el mismo.
Por otro lado, el producto viene listo para cocinar. Muchas veces cortado en rodajas para facilitarle la receta al cocinero una vez que las descongele. De esta manera se destierra una nueva mentira para quienes aseguran que este tipo de verduras es más difícil de cocinar.
Por último, es fundamental aclarar que es mejor comprar las verduras congeladas que congelarlas en casa. Esto ocurre ya que el congelamiento doméstico tarda más tiempo y el alimento puede perder las propiedades.
Una vez que derribes todos los mitos sobre este producto, podés comprarlo y hacer con él lo que desees: cocinarlas al vapor, al horno, a la parrilla o en una ensalada.