Uno de los detenidos por Milani tuvo una hemiplejia por las torturas recibidas
Ramón Alfredo Olivera, su denunciante,celebró la detención del ex represor y lamentó el apoyo que le dieron Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto.
Ramón Alfredo Olivera, denunciante del ex jefe del Ejército, César Milani, señaló que la detención del ex represor “es el premio a una lucha de muchos años, un aliciente para la causa de Agapito Ledo, un reconocimiento a los organismos de derechos humanos que nos dieron su apoyo y a mucha gente que espera justicia para mostrar que todavía se puede aunque con el gobierno de Mauricio Macri hemos dado un paso para atrás”. Olivera recordó su detención y la de su padre y las graves consecuencias que tuvo para éste.
Milani, ex jefe de Estado Mayor del Ejército durante el Gobierno de Cristina Kirchner, está detenido en el Servicio Penitenciario Provincial de La Rioja, luego de prestar declaración indagatoria en la causa que investiga el secuestro de Pedro Adán Olivera, ocurrido el 12 de marzo de 1977 y el de su hijo Ramón, dos días después, cuando el militar estaba al frente del Batallón de Ingenieros de Construcción 141.
Brancatelli dice que no sabe por que Milani se pegó al proyecto…será porque lo nombraron Jefe del Ejército? jajaja patético!
— MariaLujan_Rey (@MariaLujan_Rey) 18 de febrero de 2017
En diálogo con Radio Mitre, Olivera recordó su detención como un “hecho traumático que se graba en la memoria para siempre”. Y agregó: “Nos sacan a todos a punta de fusil hacia el porche de nuestra casa, en paños menores y nos allanaron de manera bastante violenta deteniendo a mi padre. A los dos días lo dejan en libertad, gravemente enfermo, pero siguieron las persecuciones para mi hermano y mi familia”. Durante la detención, Pedro Olivera tuvo un accidente cerebro vascular, probablemente fruto de los tormentos que sufrió. El ACV derivó en una hemiplejia en el sector derecho de su cuerpo. En ese estado lo liberaron y lo dejaron en la puerta de su casa.
Olivera cuestionó la postura de Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto en el caso, a quienes distinguió de otros organismos de Derechos Humanos. “Fue lamentable que tanto Hebe como Estela de manera personal, hayan salido a defenderlo, pero no otras organizaciones que nos apoyaron como la APDH, el mismo CELS, que sí nos hicieron llegar su apoyo. Sigue habiendo mucha gente que espera justicia y que ahora lo estamos consiguiendo”, expresó. Hebe se había fotografiado con Milani en la tapa de la revista de las Madres, mientras que Estela dijo: “No hay que prejuzgar”.
La cárcel en la que permanece detenido Milani es la misma en la cual estuvieron secuestrados los Olivera. Ramón recordó la paradoja. “A los diez días de mi detención, Milani me trajo de la cárcel al juzgado para declarar. Ayer lo veía irse, desde el juzgado a la cárcel, a él, a Milani, hacia la misma cárcel… Anoche me dije ‘estas pasando tu primera noche en prisión’. Y tuvo mucho poder para eludir ese momento”, contó.
Para Olivera (hijo), Milani “no quería presentarse a declarar porque temía lo que pasó ayer: recién a tres años de la denuncia se pudo presentar para escuchar los cargos que le imputan”. El ex jefe de Estado Mayor del Ejército quedó detenido con prisión preventiva, por orden del juez Daniel Herrera Piedrabuena. En esa misma causa, se investiga la privación ilegítima de la libertad y la aplicación de tormentos a Verónica Ligia Matta.
En una entrevista publicada por el diario cordobés La voz del interior en 2014, Olivera había señalado: “Yo lo vi a Milani cuando detuvo a mi viejo y a los 10 días cuando me llevó a mí de la cárcel al juzgado. Milani ingresó a la sala donde yo iba a declarar y ahí me estuvo hostigando todo el tiempo; me acusaba de ser guerrillero y me preguntaba qué era el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). En plena declaración mía, el secretario del juzgado le pidió a este teniente que le diera su nombre y apellido y se identificó como César Milani. Ahí tomé en cuenta que era el mismo oficial que había ido a
detener a mi viejo”.
La causa de la familia Olivera no es la única que enfrenta Milani. Le queda una aún más grave: la desaparición forzada del soldado Alberto Agapito Ledo, en Monteros, Tucumán, cuando revistaba como asistente del propio Milani.