jueves, noviembre 21, 2024
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Una oscura trama rodea la demolición del barrio Papa Francisco

La Solidaridad Limitada, de Víctor Sahonero, fue la encargada de tirar abajo las viviendas por un monto de $ 890 mil y construir un muro provisorio.

En la legislatura porteña hubo un dato que pasó inadvertido, pero generó un momento incómodo. Durante la reunión para analizar el presupuesto del Ministerio de Desarrollo Económico que contó con la presencia de la Secretaria de Hábitat e Inclusión (SECHI) Marina Klemensiewicz quedó expuesta una oscura trama de negocios en la Villa 20 de Lugano: la cooperativa La Solidaridad Limitada, a cargo de Víctor Sahonero, padre del presidente de la juventud del PRO de la Capital, Maximiliano Sahonero, fue favorecida por un contrato de $ 890 mil para demoler las viviendas precarias que ocupaban el barrio Papa Francisco y luego levantar un cerco de chapa en los límites del terreno. “El que hace la muralla para evitar una usurpación es socio del que fue condenado por usurpar ese mismo predio, es verdaderamente increíble”, analizó el legislador de Verde Alameda, Gustavo Vera, en referencia a la relación de Sahonero con el puntero Marcelo Chancalay, condenado por la justicia por vender ilegalmente parte de los terrenos ocupados en 2014. El muro fue completado, previo pago de $ 4,5 millones, por Infraestructura Urbana SA, cuyo director suplente, Matías Picot, también forma parte de Kopar SA, dos empresas que desde hace años consiguen ganar licitaciones en donde son los únicos oferentes, reveló Tiempo Argentino.

Según tuvo que reconocer la Secretaría de Hábitat en Inclusión, el PRO se resiste a abandonar los “vicios de la vieja política”. Desde su gestión facilitaron lucrativos negocios a punteros políticos que hoy juegan con camiseta amarilla. Sahonero resultó uno de los más beneficiados por la cartera que tiene proyectado un presupuesto de $ 242 millones para 2014. Su hijo Maximiliano fue elegido hace poco como jefe de la juventud del PRO.

“Maximiliano es del sector de María Euegenia Vidal y trabaja como director general en la Legislatura. Su padre Víctor estuvo en el kirchnerismo y pasó al PRO. Construyó muchas viviendas en la Villa 20”, aseguró el legislador mandato cumplido Facundo Di Filippo. Si bien no se conoce su función, “Maxi” figura en la nómina de empleados transitorios con el legajo 06559.“Un supuesto líder barrial y su supuesta cooperativa que debería contribuir a la inclusión social se presta a hacer el trabajo sucio de destruir las pocas pertenencias de gente humilde”, se ofuscó el referente del Partido Social respecto al desalojo y el levantamiento del muro. “Ahora, tal como hacían antes del desalojo violento, el gobierno porteño como la cooperativa de Sahonero hacen negocios a costa de la gente más humilde”, completó.

“Hubo una enorme la campaña del PRO para estigmatizar a los vecinos que tomaron terrenos en Lugano, a quienes se les colgó el Sanbenito de la usurpación. Pero solamente se le probaron delitos a Chancalay, que trató de vender lotes”, apuntó Vera, sobre la condena de ocho meses de prisión en suspenso al puntero.

En Lugano conocen bien a Víctor Sahonero. Desde 2008 es uno de los dueños de Urkupiña Construcciones, una empresa de la Villa 20 que se dedica a la “construcción, realización, reparación, mantenimiento, compra, venta, alquiler y financiación de todo tipo de obras civiles, públicas o privadas, inclusive montajes industriales y la comercialización, importación, exportación y distribución de productos de corralón, materiales e insumos de la construcción”, según puede leerse en el Boletín Oficial.

“Cobran anualmente millones de pesos por mantenimiento del servicio eléctrico, del servicio de agua y por recolectar la basura, pero estamos igual de mal que siempre”, se quejó un vecino de la Villa 20, quien también denunció cobros por trabajos nunca realizados. “Ellos reciben dinero del Estado como si te hubieran entregado una casa, pero te la dejan sin techo“, explicó y agregó: “Incluso deberían haber asfaltado parte del barrio, pero no terminaron los trabajos. Eso sí, les pagaron igual. No sé cómo hacen, porque está muy claro que incumplieron con las obras.”

LICITACIONES SOSPECHADAS

Los contratos de Sahonero abren interrogantes sobre otras licitaciones ordenadas por el Instituto de la Vivienda (con un presupuesto de $ 1141 millones para 2014), la SECHI y la Unidad de Gestión de Intervención Social (UGIS, $ 296 millones de presupuesto). El 26 de marzo de este año la UGIS llamó a una licitación privada para montar la red de tendido eléctrico en la Villa 19. Según consta en el Boletín oficial porteño, dos oferentes se presentaron para participar, Infraestructura Urbana SA (CUIT N° 30-71242727-9) y Kopar SA (CUIT N° 30-70750499-0). En esa ocasión, donde había $ 869.565 en juego la ganadora resultó Kopar.

La misma historia se había repetido en octubre de 2013 cuando la obra en cuestión era para la Villa 21-24, y Kopar ganó trabajos por $ 552.862, aunque en primera instancia, en agosto de 2013 las ofertas presentadas por ambas habían sido desestimadas. Kopar volvió a participar y resultó elegida.

Además de su pasión por la construcción, las empresas están unidas por Hernán Matías Picot, quien es titular de Infraestructura Urbana SA y director suplente de Kopar SA. “Las dos empresas son de la misma gente y Picot estaba en el directorio de ambas. Pero Klemensiewicz dijo que Infraestructura Urbana no tiene nada que ver con Kopar”, relató Di Filippo. El dirigente resaltó que durante la reunión de la Comisión de Presupuesto, Klemensiewicz afirmó que la Sindicatura porteña le había informado que ambas compañías tenían diferentes dueños. Tiempo Argentino intentó comunicarse con la SECHI, pero al cierre de esta edición no había conseguido una respuesta oficial a las denuncias. “La Sindicatura no puede usar un simple Nosis, es la triste realidad de los organismos de control”, rechazó Di Filippo.

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