Una modelo chilena quedó parapléjica y ahora muestra su rehabilitación en Instagram
Berni Santa Cruz tiene 26 años. Y su fortaleza conmueve a distintas figuras de Chile, como el actor Gonzalo Valenzuela y la selección de fútbol. También a sus seguidores en las redes, quienes se sorprendieron al ver cómo su vida cambió para siempre, en un accidente doméstico
Modelando. Corriendo. Andando en bici; aprendiendo a usar una motocross. Llegando a lo alto del Cerro Manquehue, la cima de Santiago de Chile. Haciendo una postura de yoga contra la pared. Disfrutando de la playa con sus amigas.
Y de repente, a principios de octubre, una ausencia de varios días en Instagram, adonde venía mostrando todo aquello. Y un anuncio a su regreso cargado de incertidumbre: “Partiendo al entrenamiento. Gracias a todos por el apoyo y cariño que me han entregado estos días. Voy a poner todas mis ganas para salir adelante”, escribió Bernardita Santa Cruz en un posteo que escondía una salvedad: por primera vez ella no aparecía en la foto; sólo mostraba la ropa de gimnasia.
Poco más tarde su imagen también volvió a su Instagram, pero como nadie lo esperaba:
“Después de 4 días me senté por primera vez. El secreto está en las ganas de volver a integrarme, que es más grande que la pena que tengo. NO dejen de venir a verme”, escribió Berni esa vez. Pero, ¿qué hacía esta modelo y diseñadora en la cama de un hospital? Ese drenaje en su cadera, la faja en la cintura, los cables que partían de su cuerpo conectados a una máquina, las piernas cubiertas, una mano sosteniéndola de un hombro…
Un nuevo posteo ya no dejó sus dudas: la situación era delicada.
Sus palabras tampoco. “Para los que me han preguntado: me caí del tarzán (tirolesa) de mi casa, y tuve una lesión medular que me dejó paraplejica. Han pasado 11 días, y aunque sea difícil le sigo poniendo todas las ganas. Sigan rezando por mi rehabilitación”.
A partir de entonces Bernardita, de 26 años, empezó a compartir en las redes sociales fotografías de su estadía en la Clínica Las Condes -la más prestigiosa de todo Chile-, con la misma naturalidad con la que antes se mostraba modelando, corriendo, andado en bici, acelerando una moto. Incluso agradeciendo en cada imagen a las distintas marcas de ropa que le hacen llegar sus productos, tal cual como lo hacía antes. Y dejando -por cada foto en el centro de rehabilitación- frases propias que denotan una entereza notable.
“Cara de cansada, agotada, chata de la misma rutina por tres semanas. Pero dicen que el 90% del éxito se basa en insistir”, advierte Berni, quien al mes de su accidente contó: “Entreno mi mente todos los días para ver lo bueno de cada situación”. Porque a no confundirse. Que nadie crea que está “postrada en una silla de ruedas”, como suele decirse en circunstancias así…
“Todas suben fotos tomando sol. A mí las ganas de volver a sentir el solcito y el aire me ayudaron hoy a despegarme con mucha fuerza de mi silla”, destaca, para evidenciar esos avances que podrían parecer pequeños… “Pero que para mí, son el manso logro”, explica Berni, que a la par de su rehabilitación comenzó a despertar la admiración de muchas figuras, como el actor Gonzalo Valenzuela y las estrellas de la selección de fútbol trasandina.
Claro que también están presentes los familiares de Berni. Y sus amigos, que la ayudan a pasarse a la cama Además sus amigas que trasladaron la fiesta de Halloween a su habitación en la clínica:
“Hay días que la pena está, pero con amigas así todo es más fácil”, destaca la modelo, quien en la medida de lo posible también trabaja desde el hospital, supervisando su propia marca de zapatos.
Y todo contado desde su Instagram, allí donde antes se la veía saltando con su moto y hoy, despegando unos centímetros de su silla. Y con el mismo top deportivo con el cual salía a trotar, ahora ejercita sus brazos para pasarse a la cama sin asistencia. Las zapatillas con las que alcanzaba la cima del Manquehue, se posan en el suelo frío de la clínica cuando la ayudan a pararse. Y tanto en aquellas selfies al aire libre como en estas nuevas, con su cara iluminada por los tubos fluorescentes, se percibe la misma mirada, la mueca calcada, igual gesto. Porque su actitud no ha cambiado. “Siempre con la frente bien alta para que no se me caiga la corona”, aclara, junto a imagen suya haciendo un exigente ejercicio de rehabilitación.
Están los miedos, claro. Y por supuesto que surgen la angustia, el dolor, y esa pena de la que habla. Y la incertidumbre, las preguntas, los porqué sin respuestas… Pero también la fortaleza, las ganas de salir adelante, la decisión de superarlo todo (a las circunstancias, a ella misma). El convencimiento de no mirar hacia atrás más de lo necesario. Y la convicción de estar de pie, ante la vida.
Porque en Berni -como lo evidencian sus posteos en las redes sociales- sólo se ha modificado el escenario, lo que se observa al fondo, aquello que se ve detrás.