Una diferencia que se redujo a 5 puntos
Pese a que el resultado fue más apretado de lo que sugerían los primeros cómputos, el radical Alfredo Cornejo insistió en que la diferencia es indescontable. Para el peronista Adolfo Bermejo, el FpV puede mejorar su performance en las elecciones de junio.
Con más del 95 por ciento de los votos de las PASO mendocinas escrutados, la guerra de los sondeos a boca de urna quedó de lado y la diferencia del triunfante Frente Cambia Mendoza sobre el Frente para la Victoria se redujo a cinco puntos, muy por debajo de los pronósticos exultantes de la coalición que encabeza la UCR, y que arrastra al PRO, el Frente Renovador, los demócratas mendocinos y otras fuerzas como el socialismo y Libres del Sur. El candidato radical Alfredo Cornejo insistió ayer, de todos modos, en que la diferencia es indescontable, mientras que el peronista Adolfo Bermejo se entusiasmó con la unidad del FpV para revertir el resultado en las elecciones generales del 21 de junio, cuando se definirá al sucesor del gobernador Francisco “Paco” Pérez.
Faltando ayer sólo el 5 por ciento por escrutar, la tendencia era definitiva: Cambia Mendoza cosechó el 44,6 por ciento de los votos y el FpV, el 39,9. Una diferencia que al frente opositor no le garantiza una victoria segura y al peronismo provincial le permite entusiasmarse con la posibilidad de revertirla, aunque tampoco le resultará fácil. El tercero en la puja será el Frente de Izquierda, que con Noelia Barbeito como candidata también aspira a crecer en su caudal electoral y superar el 7 por ciento de los votos alcanzados. Ninguna de las otras fuerzas políticas consiguió superar el piso de las primarias.
Cada uno tendrá que sobrellevar sus propias dificultades. La relación personal de Cornejo con su compañera de fórmula, la senadora nacional Laura Montero –alineada con Julio Cobos–, no está en su mejor momento. Ayer, Cornejo salió a moderar el efusivo discurso de la noche del domingo, cuando se mostró envalentonado con los sondeos en boca de urna y con un escrutinio parcial que le otorgaban una ventaja importante, que luego se redujo a una escasa. En ese momento, exigió al oficialismo provincial casi un cogobierno hasta el recambio de diciembre. Horas después, bajó el tono y habló de “un diálogo” necesario con él “como jefe de la oposición” mendocina.
Su política de alianzas le facilitó que Mauricio Macri y Sergio Ma- ssa fueran hasta Mendoza para apoyar su campaña, pero impidió que viajaran para los festejos, porque los radicales decidieron destacar que se trató de un triunfo de la UCR. Ayer, reivindicó la alianza del radicalismo con el PRO y descartó al líder del Frente Renovador como presidenciable a respaldar. También deberá aclarar su prédica a favor de un “ajuste económico” y de “privatizaciones”, que lanzó en campaña.
Para el FpV, los escollos a superar pasan por unificar detrás de Bermejo a los sectores kirchneristas que apoyaron a Guillermo Carmona y a Roby, derrotados en la interna. A eso deberá sumarle votos de sectores sociales.