Un cóndor andino rescatado hace 9 años regresa a San Luis para afianzar permanencia de la especie
Un macho adulto de cóndor andino rescatado hace 9 años regresaba hoy a San Luis para afianzar la permanencia de ejemplares y la reproducción de la especie en el Centro de Conservación de Vida Silvestre provincial, informó la secretaría de Medio Ambiente y Parques.
Se trata de “Quilletequiam”, que significa “voluntad” en uno de los dialectos de la lengua del Pueblo Huarpe, habitantes indígenas de la región de Cuyo, que quedó imposibilitado de volar en 2011 tras ser atacado a con un arma de fuego por una persona.
El ejemplar, que recibió un disparo en el ala y en su pata derecha, fue rescatado por personal del Área de Flora y Fauna del Gobierno de San Luis y trasladado para su rehabilitación al Programa de Conservación de Cóndor Andino, que funciona en el Ecoparque de la ciudad de Buenos Aires.
Sin embargo, los ligamentos en una de sus alas no pudieron recuperarse por lo que no se habilitó el regreso a su hábitat natural y se lo destinó a ser anclaje para la especie.
Quilletequiam fue trasladado junto a un ejemplar hembra de la misma edad llamada “Konkachilla” a una jaula voladora, en la base del Campo Pailemán, en las sierras de la provincia de Río Negro, como parte de una estrategia que permite que la presencia de las aves funcione como “imán” para los jóvenes cóndores liberados.
El proceso, llamado “anclaje del cóndor al mar”, sirve para afianzar la permanencia de ejemplares en la zona de la liberación y la reproducción de la especie que se encontraba extinta en la zona de Pailemán.
El cóndor, que se encuentra en la lista de los animales con amenaza de extinción, guarda especial simbolismo para las culturas indígenas, en las que forma parte de su cosmogonía ancestral y es víctima de la cacería, la deforestación, la contaminación del aire, agua y comida por la utilización de venenos en la agricultura y la ganadería.
Los cóndores tienen una tasa de reproducción muy baja, pasan 4 meses hasta que aprenden a volar y al año son independientes, pero les toma aproximadamente una década formar una pareja y sacar adelante a sus pichones.