Tras 17 años: confirman penas a un funcionario por una nena que se ahogó en una pileta
El 12 de febrero de 2001, Florencia Möller Rombolá se ahogó durante una clase de natación en el club All Boys, en una pileta que no podía estar habilitada porque le faltaban varios elementos de seguridad. Ahora, después de casi 17 años, la Sala 3 de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal confirmó las sentencias dispuestas por un Tribunal Oral contra dos empleados y un ex funcionario de la Ciudad por haber permitido que el natatorio siguiera funcionando.
Los empleados condenados son Nora Nigro y Carlos Mustapich, que fueron sentenciados a dos años de prisión y cuatro de inhabilitación por falsedad ideológica. Mientras, el ex director general de Verificaciones y Habilitaciones, Horacio Spandonari, recibió un año de prisión y uno de inhabilitación para ejercer la función pública por abuso de autoridad. Las penas son en suspenso. Sólo Mustapich podría terminar preso, porque también está procesado por la habilitación dudosa del boliche Beara, donde en 2010 cayó un entrepiso y murieron dos chicas.
Aquel 12 de febrero de la tragedia, la profesora de natación de la colonia del club All Boys le ordenó a sus 14 alumnos tirarse en la parte honda de la pileta, volver al borde y salir por la escalera. Florencia no sabía nadar, pero lo hizo tres veces y llegó a la escalera sostenida del borde. La cuarta vez, se hundió. La maestra recién se dio cuenta cuando se lo avisó otro nene. En vez de sacarla ella, llamó a la guardavidas, pero cuando ésta la rescató era tarde.
La docente María Cecilia Privato fue sentenciada a tres años de prisión por homicidio culposo y la guardavidas, Giselle Kamenetsky, a dos años y medio, en ambos casos en suspenso. Como en 2001 la pileta de All Boys era explotada por Megatlón, también habían declarado culpables de homicidio culposo a directivos de esa cadena de clubes, pero la Cámara finalmente los sobreseyó.
Paralelamente, se enjuició a los funcionarios que habían habilitado la pileta. El 7 de julio de 2000, una inspección del Gobierno porteño detectó que no cumplía con los requisitos para funcionar y le ordenó al club construir una canaleta de seguridad para que los chicos se pudieran sujetar, poner un equipo salvavidas y señalizar las profundidades. No se hicieron los cambios. Recién el 9 de enero de 2001 se presentó un inspector y le dio 30 días de plazo para cumplir. En ese lapso, Florencia se ahogó.
El natatorio fue clausurado. Una semana después, Megatlón All Boys pidió su reapertura y el juez Mariano Bergés respondió que primero debían presentar la habilitación. Antes, tenían que hacer las obras. El 23 de febrero de 2001, la inspectora María del Valle Torres fue a ver si las habían concretado, pero anotó en un acta que no pudo entrar porque el lugar estaba clausurado. Tres días después, Habilitaciones envió a Nora Nigro, que en un acta sin fecha sostuvo que las mejoras ya habían sido realizadas. En base a ese informe, el 28 de febrero de 2001 Mustapich y Spandonari firmaron la habilitación del natatorio.
En 2015, el Tribunal Oral N° 22 condenó a Nigro porque ésta no pudo haber constatado si se habían hecho las obras, porque no se podía ingresar al natatorio clausurado. Mientras, consideró que Mustapich no podía desconocer que existía una clausura pero aún así “la hizo insertar a Nigro los datos falsos en el acta”. Spandonari fue sentenciado porque firmó la habilitación de la pileta, pese a que no había sido inspeccionada. Los tres apelaron, pero este mes la Cámara rechazó sus recursos y confirmó las sentencias.
Fuente: Clarín