Todo indica que irá a los asados
Su decisión de dejar Argentinos y la resistencia explícita de la dirigencia de Boca para su retorno permiten suponer que a los 36 años se acabó el derrotero futbolístico del astro, sin mucho entusiasmo ante posibles nuevas ofertas.
Es probable que el fútbol argentino haya asistido, sin darse cuenta, a la última filigrana de Juan Román Riquelme sobre un campo de juego. Su negativa a continuar en Argentinos, donde fue oblicuamente criticado por el entrenador Néstor Gorosito, y la resistencia que encuentra en la dirigencia de Boca para un eventual regreso, permiten suponer que a los 36 años el controvertido astro, el futbolista más destacado de la última década del fútbol local, no encontrará club para continuar jugando profesionalmente.
“La diez de Boca es mía. El día en que un jugador gane tres Libertadores con la 10 en la espalda será suya. El día en que un jugador juegue más de 206 partidos en la Bombonera, será el patio de su casa, mientras tanto es el patio de la mía”, replicó asegurando que no está en sus planes volver a vestir la camiseta auriazul, porque ya cumplió, según dijo, al tiempo que adelantó que comprará “plateas” para ir a la cancha como hincha junto a su hijo. “No sé si me gustará ser entrenador ni si soy capaz para ser presidente. De lo que estoy seguro es de que un día voy a comprar una platea con mi hijo, que es muy bostero, e iremos a la cancha como hinchas. Espero que me vendan las entradas”, dijo en irónica alusión a la dirigencia.
Riquelme adelantó que dejará Argentinos tras lograr el ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino y aseguró que si no surge una oferta que lo entusiasme disfrutará de su familia, una situación que implica el retiro de la actividad. “Cuando regresé a Argentinos, me senté con los dirigentes junto a mi representante y les dije que volvía a dar una mano para que el club regresara a Primera. Logramos el objetivo en cinco meses y ahora con Argentinos estamos a mano”, dijo.
El astro no cerró la puerta a la continuidad de su carrera, pero no fue muy enfático al respecto: “Veré si aparece alguna oferta de un equipo que me entusiasma. Si es así, intentaré jugar un tiempo más. Y si no, voy a disfrutar de la familia y los asados con los amigos”.
También se refirió a su personalidad fuera del campo de juego, cuestionada de manera indirecta. “Cuando venga un amigo y me diga que soy un tipo complicado, me sentaré a pensarlo. Soy una persona respetuosa y pido que me respeten. Soy honesto y creo que eso no está mal. Tengo las cosas claras y a mis amigos de toda la vida los tengo al lado mío. Con eso me alcanza”, confió.
“A veces tus compañeros no pueden salir a respaldarte porque los echan, no tienen tanta espalda. Yo tuve la suerte de que el hincha de Boca esté loco conmigo, que me respalde, y por eso siempre digo la verdad. Así me enseñaron, no le hago mal a nadie”, agregó.
“No sé por qué la gente de Boca me quiere tanto. Los otros días me regalaron una caja con una camiseta 10 y me pusieron un pasacalle para que vuelva. Pero tengo 36 años, cumplí todos los sueños y si vuelvo lo haré como hincha. Me siento de maravillas, pero si no sale nada que me motive me dedicaré a comer asados con mis amigos y familia.”
Riquelme se mostró contrariado con algunas decisiones que tomaron los dirigentes de Boca en los últimos tiempos y destacó que “dejaron ir al mejor”, su amigo Clemente Rodríguez. “A Clemente no lo van a dejar empezar la pretemporada. Son raros, nada más. Clemente tiene el record de partidos jugados para un jugador argentino en la Copa Libertadores”, afirmó. “Creo que Boca va a traer un lateral y dejó ir hace un año o dos al mejor. Clemente, con la facilidad que tiene, se pone en forma en veinte días”, remarcó. “Un equipo como el que tuvimos no se va a repetir nunca más. Es imposible tener un Córdoba, un Ibarra, un Bermúdez, un Samuel, un Basualdo. Son momentos únicos”, sostuvo el volante ofensivo. “Yo opino como hincha, pero que lo dejen elegir al Vasco (Arruabarrena).”