Tips para el uso correcto del celular en la familia
El 54% de los adolescentes considera que pasa demasiado tiempo pegado a las pantallas y algo más de la mitad ha intentado en algún momento limitar el uso de sus dispositivos, ya se trate de celulares (52%), redes sociales (57%) o videojuegos (58%). Para elaborar el estudio, el Pew Research Center, centrado en información relacionada con actitudes y tendencias de la población estadounidense, ha encuestado a 743 jóvenes de entre 13 y 17 años, además de a 1058 padres.
Sus conclusiones indican que algo más de la mitad de los jóvenes son conscientes de que pasan demasiadas horas con su smartphone o con otras pantallas.
La encuesta muestra que existe dependencia a los dispositivos por parte de los adolescentes, pues el 72% de estos afirma que a menudo consulta las notificaciones segundos apenas después de despertarse. Un poco menos de la mitad (el 45%) afirma estar conectado de forma casi constante.
La falta del smartphone también se nota. El 56% de los encuestados relaciona la ausencia del celular con soledad, mal humor o ansiedad. Cuatro de cada diez dicen sentirse ansiosos si no cuentan con su teléfono cerca.
Sean o no conscientes de hacer un uso excesivo del teléfono, los jóvenes intentan disminuir el número de horas pegados a las pantallas.
En lo respectivo a los padres, el 86% de ellos afirma saber cuál es el tiempo de uso del celular adecuado para sus hijos, y el 57% de ellos establece restricciones para tratar de acercarse a esa duración. Dentro de aquellos que ponen límites, son más propensos a hacerlo quienes tienen hijos entre 13 y 14 años (71%).
Qué pasa con los más chicos
Para algunos puede resultar un momento muy tierno ver a un chico de tres años ir pasando las pantallas del celular con su dedito con total naturalidad, mientras que para otros es más bien algo preocupante. ¿Dónde establecer el límite? ¿Cuál es la mejor manera de regular el uso de teléfonos celulares en la familia? Aquí, algunos consejos:
1 – Volver conscientes a los niños del tiempo de uso del dispositivo: los mismos padres saben cómo perder el tiempo mirando fotos de Instagram o los últimos posts de Facebook. De repente, sin que uno se de cuenta, pasó una hora. Dado que los chicos están permanentemente online cuando tienen un celular, vale la pena este experimento: medir el tiempo que necesitan los chicos para estudiar. Una vez con el celular y otra sin el celular. Sin el dispositivo la cosa seguramente irá más rápido. Dado que los chicos no quieren pasar voluntariamente más tiempo estudiando, los padres tienen así un buen argumento a mano: el teléfono puede devorar gran parte del tiempo libre.
2 – Apagar las notificaciones: los padres pueden meditar junto a los niños sobre qué notificaciones desactivar en los dispositivos. También ayuda que estas no se vean en la pantalla de inicio. Cada “ping” llama la atención y genera expectación. Esto hace que el cerebro se acostumbre y luego busque estímulos.
3 – Evitar prohibir el uso de celulares: prohibirlos resulta tentador, pero debería ser la última solución. Sacarles el teléfono simplemente transmite a los niños: “Yo tengo el poder y tú no tienes ninguno”. Esto no alienta a un intercambio constructivo. Lo mejor es convenir horarios en los que la familia debería dejar a un lado los teléfonos, por ejemplo a la hora de comer, al irse a la cama o en un día del fin de semana establecido de antemano. Si estas reglas no se cumplen, se puede evaluar quitarles el teléfono por un día.
Fuente: TN