“Tiene que doler”, le decía el profesor a la joven sanjuanina internada por el electrofitness
Victoria Gómez, de 22 años, nunca va a olvidar esa sesión de electrofitness que el cambió la vida. Tras la rutina, la joven sanjuanina comenzó a sentirse mal y quedó internada en terapia intensiva.
Tras algunos días de internación, recibió el alta médica y dio detalles de la clase que la llevó a la internación: “Fui a ese lugar para estar un poco más linda y terminé en un hospital”, describió.
Ni bien comenzó la clase, Victoria se quedó “media paralizada” cuando le “pusieron el chaleco y los electros mojados”. Enseguida, acusó su sensación: “Ay, me duele mucho”, le dijo al profesor. Según contó a canal 8 de San Juan, le indicó que haga tres series de sentadillas y cuando comenzó con la actividad le dijo que se sentía “rara”.
Ante su malestar, el profesor trató de tranquilizar a Victoria: “Es normal, no estás acostumbrada”. Luego puntualizó que en otros momentos de la rutina experimentó dolores en los brazos y las piernas. “Tenía que hacer ocho sentadillas, pero hacía cinco porque mi músculo no daba más”, contó.
El profesor le insistió y trató de animarla para que continuara con el ejercicio: “Tiene que doler”. Pero Victoria le recalcó: “No, me duele mucho”. La joven sanjuanina, pese a sus dolores, terminó con la clase. “Yo hago actividad física. Pude darme cuenta que no es un dolor muscular”, indicó.
Los familiares de Victoria contaron que el martes se sintió dolorida y un día después empezó a orinar con color marrón oscuro. El jueves, la chica tenía dolores tan intensos “que quedó paralizada en la cama”. “Fuimos al Sanatorio porque lloraba del dolor”, manifestó.
Cuando la llevaron al hospital, los médicos le diagnosticaron Rabdomiolisis: una enfermedad que desintegra las fibras de los músculos esqueléticos y puede desarrollarse por el daño muscular causado por sobre-entrenamiento. Además, afecta a los riñones por la rotura de los músculos.
Ante la primera observación, los médicos quedaron impactados: “No podían creer que las piernas y los brazos me brillaban porque los tenía muy duros”.
La joven contó que la recuperación fue excelente y destacó que pudo revertir la rabdomiolisis porque se trató a tiempo. “Me parece fundamental cuidarnos: ver el cuerpo desde la salud y no desde la belleza”, cerró.