Tenía un pequeño lunar en la nuca y terminó perdiendo gran parte de su piel
El australiano Ryan Glossop, de 37 años, fue diagnosticado con melanoma. Tenía en la piel de su nuca una mancha de unos dos centímetros. Cuando fue al médico le indicaron cuatro intervenciones quirúrgicas y hasta le hicieron unas 40 biopsias.
“El melanoma es un cáncer que se origina en los melanocitos. Se pueden desarrollar en cualquier parte de la piel, pero son más frecuentes en el tronco (pecho y espalda) de los hombres y en las piernas de las mujeres. El cuello y el rostro son otros sitios comunes”, explica la doctora Samira Bonomo (MN 115.874), especialista Universitaria en Dermatología Clínica y Estética.
“Los melanomas también se pueden formar en otras partes del cuerpo como los ojos, la boca, los genitales y el área anal, pero son mucho menos comunes que los melanomas de la piel”, asegura la especialista.
En este caso, al hombre diagnosticado con melanoma tuvieron que removerle unos 40 centímetros de piel en la zona del cuello y espalda. El área fue cubierta después con un trasplante de piel extraída de las piernas. El problema fue que después de la primera operación, el melanoma siguió creciendo y los bordes de la zona afectada presentaban resultados anormales.
“Es mucho menos frecuente comparado con otros tipos de cáncer de piel. Pero es más peligroso porque crece más rápido y es mucho más probable que se propague a otras partes del cuerpo si no se descubre y se trata a tiempo”, explica la doctora Bonomo.
Ryan Glossop, el paciente, se siente afortunado de haber accedido a un examen dermatológico, y pone de manifiesto su caso personal para una detección temprana de posibles enfermedades en la piel.
¿Cómo prevenir un melanoma maligno?
“No existe una manera infalible de prevenir el melanoma. Algunos factores de riesgo tales como edad, la raza, y el antecedente familiar no se pueden controlar. Sin embargo, hay medidas que se pueden tomar que podrían reducir su riesgo de padecer melanoma y otros cánceres de piel”, asegura la doctora Samira Bonomo. Algunas que se pueden mencionar son:
•Uso de protector solar diario
•Control de lunares anualmente (sin importar la edad, raza o sexo)
•Hacer uso de sombreros, remeras térmicas, camisas blancas
•No exponerse al sol en los horarios de 10:00 a 16:00 hs
•No hacer uso de la cama solar (la misma incrementa el riesgo de cáncer a un 75%)
•La exposición solar en la infancia es un factor de riesgo importante. Las quemaduras solares en menores de 15 años aumentan el riesgo al cáncer de piel.
“Encontrar el cáncer cuando se encuentra en sus etapas iniciales a menudo permite la posibilidad de contar con más opciones de tratamiento. En algunos casos de la enfermedad en etapa inicial surgen signos y síntomas, pero esto no siempre es así. El dermatólogo es el médico que realiza el diagnóstico y controles subsiguientes, pero se trata de una enfermedad multidisciplinaria con el cirujano y el oncólogo”, cierra la médica.