“Tengo que dar gracias porque mi marido volvió a casa”, contó testigo sobre secuestro de su esposo
Mabel Norma Mancini, esposa de un hombre que fue detenido y secuestrado durante la última dictadura cívico militar afirmó que debía “dar gracias a Dios por haber permitido que su marido “volviera a su casa” tras ser secuestrado por un grupo de tareas, al brindar su testimonio en una nueva audiencia del juicio de lesa humanidad de la Megacausa Zona V, que se sigue en la ciudad de Bahía Blanca.
En este proceso oral y público se encuentran imputadas 38 personas, entre ellos militares y expolicías federales y bonaerenses por delitos en perjuicio de 334 víctimas.
La mujer de forma presencial habló sobre su esposo Mariano Barcia, ya fallecido, quien dijo que en el año 1976 “tenía una inmobiliaria en Charlone y Terrada y era fotógrafo de la Comisaría Segunda” de Bahía Blanca.
El testimonio se llevó a cabo en el marco de la audiencia a cargo del Tribunal Oral Federal integrado por los jueces Ernesto Pedro Sebastián, Sebastián Foglia y Marcos Javier Aguerrido en la sede judicial de la calle Chiclana y Lavalle.
“Estaba en cama, no recuerdo si era de mañana o de tarde. Mi marido no estaba en casa, estaba en la inmobiliaria con mi hijo. La chica que estaba conmigo y había venido a darme una mano en casa, abre la puerta y me dice que había unos militares que querían hablar con nosotros”, indicó en el inicio de su relato.
Mancini prosiguió: “Ingresaron a mi casa. Me preguntaron porqué estaba en la cama, le dije porque estaba embarazada y por problemitas de salud”.
“Me preguntaron que había una denuncia por armas. Porque él (su marido) tenía armas y lo fueron a buscar. Mi hijo de cuatro años estaban con su papá”, afirmó.
La testigo recordó que su esposo volvió a la vivienda a la que habían ingresado por militares “y les dijo que sí, que tenía armas de caza”, para luego mostrarles “todos los papeles”.
“Igual, revolvieron la casa y la revisaron. Fue en mayo (1976), me dijeron que se lo llevaban para averiguación de antecedentes y una vez que averiguaran iba a estar de regreso”, agregó al indicar que su esposo estuvo detenido “un mes en el batallón y cuatro meses en la cárcel”.
Mancini dijo que “a veces le llevábamos la comida al batallón, había un amigo de él, que quería que le lleváramos la comida, pero no lo podíamos ver, recién pude hacerlo cuando pasó a la prisión”.
“El quería que llevaran a su hijo. Me pedía que le escribiera cartas. Estaba desesperado, era un hombre que trabajaba. Le gustaba de cazar, pero en ese momento se dedicaba a trabajar, no estaba en política ni nada por el estilo”, agregó.
La testigo dijo que “me tuve que ir a vivir con mis padres, tenía un teléfono fijo y una mañana suena y me dice: ‘Hola mi amor, soy yo, estoy libre'”.
En ese sentido comentó que luego “llegó a la casa de mis padres, estaba muy asustado y nos fuimos a Villa Iris, después nos volvimos a mi casa” de Bahía Blanca.
La mujer comentó que su marido “tenía miedo” y que “tengo que dar gracias a dios que regresó a casa, estuvimos 45 años juntos hasta que falleció”.
“Lo único que nos dijeron es que tenían una denuncia”, reiteró la testigo por el tema de las armas que había en su casa y que contaba con todos los papeles y registradas.
Sobre la detención de su marido y su vida, comentó que “fue terrible, la casa llena de militares, la calle, fue horrible, después de a poco él volvió a trabajar, con su negocio”.
“Fueron momentos muy difíciles. Yo estaba embarazada, gracias que tenía mis padres hasta que él salió libre de culpa y cargo, pero estuvo cuatro meses, fue terrible”, afirmó.
En esos momentos, pensé a mi marido lo iban a matar, que no volvía. Doy gracias a Dios que volvió a casa, sé que mucha gente no volvió. Han secuestrado gente y no han vuelto nunca más”, puntualizó.
Luego brindó su relato Mariano Dante Barcia, hijo de la testigo, quien sostuvo que “tenía cuatro años, mucho no recuerdo, por lo que sé fue en mayo del 76, tengo algunas cosas que me ha contado mi padre”.
“Lo que sé estaba con él, en una inmobiliaria que tenía. Fue un hecho bastante doloroso más allá que salió libre de culpa y cargo. Mi papá estaba a tres o cuatro cuadras cuando lo van a buscar en la inmobiliaria, lo detienen y me restituyen con mi mamá”, agregó.