Teléfonos intervenidos y allanamientos para atrapar al represor Aldo Álvarez
Aldo Mario Álvarez, ex jefe de Inteligencia del Vto Cuerpo durante la dictadura, fue detenido en un country de Tigre. Están imputadas de encubrimiento su ex mujer, su nuera y la amiga de una de sus hijas.
Durante los años de la represión el coronel Aldo Mario Álvarez era un hombre importante. Como jefe de inteligencia del Quinto Cuerpo tomaba decisiones desde Bahía Blanca hasta Ushuaia. Estaba prófugo desde 2007 y a partir del trabajo del juzgado federal de Bahía Blanca y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) Álvarez fue detenido en un bario cerrado de Tigre.
Según explicaron a Infobae fuentes judiciales, un pequeño grupo de personas se dedicó a buscar a Álvarez. El juez Santiago Ulpiano Martínez junto a Mario Fernández, a cargo de la secretaría de Derechos Humanos del juzgado y el comisionado mayor de la PSA Horacio Calvo, manejaron con discreción la búsqueda de un hombre que estuvo protegido.
Finalmente y luego de haber ofrecido recompensa, de la intervención de 30 teléfonos, de realizar una decena de allanamientos, de haber pedido la colaboración de Interpol para seguir pistas en Uruguay y en Estados Unidos, de haber seguido con agentes encubiertos a familiares de Álvarez; de investigar a unas 20 personas vinculadas directa o indirectamente con el prófugo que podrían haberlo ayudado a mantenerse lejos de las autoridades, lo encontraron. También se investigó la agencia de seguridad Alsina, de la que Álvarez fue gerente y dueño.
Para dar con Álvarez la Justicia investigó las entradas y salidas del país de los allegados al represor prófugo y también del personal de seguridad del barrio Laguna del Sol de Tigre, en Talar de Pacheco, donde finalmente fue detenido.
De la investigación participaron unos pocos agentes de la Unidad Operacional de Control de Narcotráfico y el Delito Complejo Central de la PSA, para evitar filtraciones. El expediente de búsqueda acumula unas 4000 fojas. Durante la pesquisa los investigadores dieron con una estructura que aparentemente le brindaba apoyo al prófugo. A partir de eso se inició una causa penal por encubrimiento, en la que hasta el momento aparecen imputadas la ex esposa, su nuera y una amiga de una de las hijas del prófugo. Dos de ellas fueron indagadas días antes de la detención. A pesar del secreto con el que se manejaron los procedimientos, la PSA llegó al country de Tigre cuando los allegados a Álvarez intentaban sacarlo de allí. Lo evitaron y lo detuvieron.
Álvarez fue imputado por diversos delitos de lesa humanidad configurativos de genocidio, que incluyen la privación ilegal de la libertad, torturas, homicidios y la desaparición forzada de personas, en perjuicio de más de 200 víctimas.
El represor detenido fue Jefe del Departamento II Inteligencia del Comando del Quinto Cuerpo del Ejército desde enero de 1974 hasta diciembre de 1977 cuando fue destinado al Estado Mayor General del Ejército en Buenos Aires. Durante la dictadura de Juan Carlos Onganía había sido jefe del departamento Actividades Psicológicas de Ejército y antes de recalar en Bahía Blanca pasó por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).
Álvarez, hoy en día con 88 años, tuvo injerencia en todas las operaciones realizadas en los años de plomo en la región que abarca el Quinto Cuerpo. Cuando una persona era torturada y daba información esos datos eran llevados a Álvarez que era quién decidía qué hacer.
De Álvarez dependía el Destacamento de Inteligencia 181, que –según fuentes de la investigación – se dedicaba a actividades de inteligencia como: reunión de información, contrainteligencia, sabotaje, y actividades psicológicas secretas, entre las que se incluían los falsos enfrentamientos, y la divulgación pública de información falsa. Se determinó que la opinión de Álvarez era escuchada en las reuniones de altos mandos donde se decidía el destino final de los desaparecidos y de los niños nacidos en cautiverio. Estuvo siete años prófugo. Desde el martes está detenido en el penal de Ezeiza.
Fuente: diario Infobae