jueves, noviembre 21, 2024
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¿Son realmente tan diferentes los cerebros de hombres y mujeres?

Ellos son más analíticos, ellas más empáticas; o por lo menos eso sugieren algunos estudios que buscan diferencias cerebrales entre los sexos; ¿pero somos en verdad tan diferentes?

Las diferencias en el cerebro entre hombres y mujeres son controversiales en el mundo científico. El doctor Michael Mosley investigó para la BBC cuánto sabemos realmente sobre este tema.

¿Qué tanto del comportamiento femenino y masculino está impulsado por diferencias en el cerebro?

Esta es una pregunta explosiva y la experta Alice Roberts y yo tenemos opiniones diferentes sobre la respuesta.

Yo creo que nuestros cerebros, como nuestros cuerpos, están formados por la exposición a las hormonas en el vientre materno.

Y esto puede ayudar a explicar por qué los hombres tienden a hacer mejor algunas tareas (leer mapas, por ejemplo), mientras que las mujeres tienden a hacer mejor otras (como las que implican empatía).

Aunque, por supuesto, también hay mucha presión social involucrada.

Por su parte, Roberts piensa que estas diferencias son en gran medida falsas, que son resultado de la forma en que se realizan los estudios y las pruebas.

A ella le preocupa que tales afirmaciones puedan desalentar a las niñas que quieren dedicarse a la ciencia.

Y eso en un mundo en que las mujeres científicas aún son minoría y en que los hombres siguen ganando más que las mujeres.

Por eso, para el programa BBC Horizon exploramos la ciencia y las investigaciones que apoyan nuestras diferentes visiones. Pero también buscamos lo que nos hace coincidir.

EMPATIZAR O SISTEMATIZAR

Uno de los científicos que más ha influenciado mis ideas es Simon Baron-Cohen, de la Universidad de Cambridge.

Él sugiere que, en términos generales, hay dos “tipos de cerebro” diferentes.

Están los que empatizan, que son buenos para identificar cómo se siente o piensa otra persona, y los que sistematizan, que están más interesados es tratar de desmontar y analizar sistemas.

Todos somos una mezcla de los dos, pero la mayoría de nosotros somos más de un tipo que de otro.

Los hombres tienden a estar más cerca del extremo que sistematiza, y las mujeres más cerca del extremo empático, aunque hay muchas excepciones.

HORMONAS PRENATALES

¿Pero esto es simplemente producto del condicionamiento social? Baron-Cohen cree que no, que la exposición a diferentes niveles de hormonas en el vientre puede influenciar el cerebro y el comportamiento posterior.

Algunos de los hallazgos más interesantes provienen de una investigación en curso que examina a un gran grupo de niños que han sido observados desde antes de su nacimiento.

A las alrededor de 16 semanas de gestación, las madres de esos niños se sometieron a una prueba de amiocentesis, que implica la obtención de muestras de fluido del útero.

Los investigadores midieron los niveles de testosterona en el fluido y descubrieron fascinantes vínculos entre esos índices y el comportamiento.

“Cuanto más alta fue la testosterona prenatal de los niños”, me dijo Baron-Cohen, “más lentos fueron para desarrollarse socialmente. Por ejemplo, mostraron menos contacto visual para su primer cumpleaños”.

También tuvieron un vocabulario más reducido antes de los 2 años y mostraron menos empatía al alcanzar la edad escolar.

Por otra parte, Baron-Cohen observó que estar expuesto a altos niveles de testosterona en el útero parece aumentar algunas habilidades espaciales.

“Los niños con niveles más altos de testosterona prenatal fueron más rápidos para identificar formas específicas escondidas en un diseño”.

CAZAR Y HACER VARIAS TAREAS A LA VEZ

Otras evidencias de las diferencias entre los cerebros femenino y masculino surgen de un estudio publicado en la revista especializadaProceedings de la Academia Nacional de Ciencia de EE.UU., que investigó cómo se comunican entre sí las diferentes partes del cerebro humano.

Científicos de la Universidad de Pensilvania escanearon los cerebros de 949 hombres y mujeres, con edades de entre 8 a 22 años, y encontraron algunas diferencias sorprendentemente.

Según Ruben Gurr, uno de los autores del estudio, los hombres mostraron conexiones más fuertes entre la parte delantera y la parte trasera del cerebro, lo que sugiere que son “más capaces de conectar lo que ven con lo que hacen, que es lo que necesitas hacer si eres un cazador. Ves algo, y debes responder de forma correcta”.

Las mujeres, por otro lado, tenían más conexiones entre el hemisferio derecho e izquierdo del cerebro.

De acuerdo con Ragini Verman, otro de los investigadores de este trabajo, “el hecho de que puedas conectar diferentes regiones del cerebro significa que debes ser bueno para hacer varias tareas simultáneas y puede que seas mejor para las que implican emociones”.

Pero como Alice Roberts señala, este estudio en particular ha generado críticas, e incluso si es verdad que nuestros cerebros están conectados de forma diferente, eso no prueba que sea algo innato.

El cerebro humano es extremadamente maleable, particularmente durante la adolescencia, y cualquier diferencia que se observe puede simplemente ser producto de la presión social y la tendencia a estereotipar.

PÍLDORAS ROSAS Y AZULES

Revisamos muchos estudios fascinantes que pueden usarse para apoyar la opinión de Roberts o la mía, pero lo que nos sorprendió a ambos es el poco progreso que se ha logrado en la investigación sobre las diferencias de sexo en áreas como el dolor.

Sabemos que las mujeres experimentan más dolores crónicos que los hombres, pero es menos probable que se sometan a tratamiento.

También sabemos que los hombres responden mejor a algunos analgésicos (paracetamol), mientras que las mujeres responden mejor a algunos opiáceos.

Según el experto Jeff Mogil, de la Universidad McGill, en Canadá, esto se debe a que hombres y mujeres procesan el dolor de forma diferente.

Hasta ahora gran parte de la investigación básica se ha hecho con animales machos, pero Mogil dice que en el futuro se crearán nuevos fármacos diseñadas específicamente para hombres o mujeres.

Así que quizás veremos píldoras de analgésicos rosas para chicas y azules para chicos.

Michael Mosley

BBC

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