viernes, noviembre 22, 2024
Espectáculos

Sofía Gala, mucho más que la hija de Moria Casán

 

Hay un hecho contundente. A esta altura, el nombre de Sofía Gala Castiglione suena más para destacar sus trabajos que en lo que sucede en torno a su vida personal. No es que no haya noticias (separaciones, relaciones, sus hijos, su madre Moria Casán, temas más delicados como la superación de su adicción a las drogas), pero su talento actoral deja todo eso casi en segundo plano.

Su rol más reciente es en la televisión, en el unitario El Tigre Verón, donde interpreta a Justina Eva, la hija del sindicalista de la carne, Miguel “Tigre” Verón (Julio Chávez). Como suele hacer con las criaturas a las que le toca dar vida, Sofía no escatima recursos. Y son los matices dramáticos que maneja los que hacen creíbles a sus personajes.

Así lo vienen demostrando en los últimos años y su rol de Justina en el unitario de Polka no es la excepción. Al contrario. En un universo donde los seres masculinos se disputan con exacerbación y violencia el poder, el dinero y la carne, ella se destaca por imprimirle, sin ser sumisa ni apocada, una cuota de ternura y sutileza a ese grupo familiar, siempre al filo.

Justina es la que más tiene los pies en la tierra, la que intenta por todos los medios sostener una cotidianidad por fuera de ese mundo donde salpica la corrupción y las constantes intrigas. Pero su lucha es la de un David contra cientos de Goliat. La Justina que interpreta Sofía Gala intenta tener una relación “normal”, lo más llana posible con su pareja, El Tano (Diego Cremonesi), pero esa tarea se vuelve ardua y exigente. Lo mismo le sucede con su padre y otros miembros de su familia: todos están al borde y ella busca el equilibrio.

En el segundo capítulo, Sofía protagonizó una escena de profundo dramatismo que desató todos los elogios, incluso desde las redes sociales y no sólo de sus fans. En ese episodio, Justina termina presa por comprar mercadería ilegal. En prisión, estando en la ducha, otra reclusa la aborda violentamente y abusa de ella. Sofía Gala transmitió con crudeza y verosimilitud el horror que puede sentir una mujer atravesando por esa situación.

La secuencia tenía todas las dificultades que puede plantear un episodio como ése, con la exposición del cuerpo, la desnudez en primer plano y la violencia explícita. Sin embargo, la resolución estuvo a la altura de las mejores recreaciones que se puedan esperar de un hecho de esas características: sin morbo, con gran efecto pero evitando el golpe bajo. Y con una Sofía Gala entre contenida por la sorpresa y el asco, y a la vez desbordada por la desesperación.

Hace rato que Sofía Gala trascendió el hecho de ser la hija de Moria Casán y viene ensanchando su camino como actriz con nombre propio. Y así como las une el mismo desparpajo para hablar de todo sin pelos en la lengua, mostrar el cuerpo sin pudores, mientras Moria se erigió en su propio personaje, Sofía pone todo eso al servicio de sus personajes de ficción.

Lo demostró, entre otras cosas, con los premios que recibió en varios festivales internacionales, como el de San Sebastián en 2017, por su interpretación de una chica que ejerce la prostitución sin renunciar a su condición de madre, en Alanis. Uno de los muchos trabajos que la van consolidando como una actriz que no le teme a los desafíos, que toma riesgos y por ahora, siempre sale ganando. (Clarín)

 

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