Sin obligación de usarlo al aire libre, el barbijo se mantiene “para cuidarse” y por temor a delta
Pese a que ya no rige la obligación de cubrirse la boca y la nariz con barbijos en espacios públicos sin aglomeraciones, las personas que continúan utilizándolos en las calles y profesionales de la salud expresaron sus temores por la variante delta y admitieron que prefieren “seguir cuidándose”.
“Tenemos circulación comunitaria de la variante delta, además de las que ya conocemos, con lo cual es indispensable que entendamos que el virus todavía está entre nosotros y lo único que se puede hacer para que disminuya sus chances de seguir infectando gente, es evitar que entre en nuestro cuerpo o bien de transmitirlo con la vacuna y los cuidados”, remarcó la integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) en diálogo con Télam.
Para Obieta cuando alguien está en movimiento al aire libre puede no utilizar barbijo, pero lo ideal es llevarlo para colocárselo al entrar a un negocio, subir a un colectivo o charlar con alguien en la calle aunque haga calor o se esté al aire libre.
La especialista mencionó el caso de Japón donde con una baja tasa de vacunación tuvieron un brote con la variante Delta pese a no haber tenido anteriormente restricciones de transporte o circulación.
“Entonces apuraron la vacunación y mantuvieron el tapabocas, pero los boliches nocturnos cerrados fueron un foco de gran preocupación porque eso derivó en casos en escuelas”, apuntó.
Por su parte, la médica infectóloga Leda Guzzi evaluó que no aconsejaría abandonar el barbijo aún si la pandemia se convierte en una endemia “sobre todo en personas de riesgo con comorbilidades como quienes tienen EPOC, cardiopatías crónicas, con inmunodepresión de base, porque se vio que su uso asociado a otras medidas redujo infecciones virales y bacterianas con un impacto indirecto para estas personas”.
En cambio, para quienes no tienen comorbilidades de base “quizás puede ser una buena práctica en lugares hacinados como el transporte público o mal ventilados, según la percepción de riesgo de cada uno”, expresó.
Sin embargo, la médica desaconsejó mantener la práctica para los niños en un futuro de post-pandemia “porque necesitan inmunizarse y generar ese contacto con diferentes agentes para robustecer su sistema inmune”.
Guzzi consideró que si bien la decisión de levantar su obligatoriedad se realizó en un buen momento epidemiológico por la disminución de casos, debería revertirse si hay un aumento de contagios por la variante delta.
Sobre la población pediátrica, Guzzi destacó la importancia de que “se acelere su vacunación y la del resto de adultos mayores que no completaron sus esquemas para evitar los brotes como sucedió en Israel con los niños”.