Sigue la incertidumbre sobre los candidatos oficialistas bonaerenses
Ayer crecieron los rumores de que se bajarían Espinoza e Insaurralde.
La interna bonaerense del Frente para la Victoria está en estado de ebullición. Ayer, durante todo el día, se reinstaló la versión de que otros dos precandidatos, los intendentes Fernando Espinoza (La Matanza) y Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), desistirían de su postulación a la gobernación. Sin embargo, ambos lo negaron.
“La Presidenta le pidió a [Daniel] Scioli que ordene la interna, que baje a Espinoza y a Insaurralde. Y está cumpliendo”, confiaron a LA NACION desde el kirchnerismo bonaerense. Pero hasta anoche no había ninguna oficialización y los dos jefes comunales mantuvieron ayer un sugestivo silencio.
“Espinoza no se bajó, sigue adelante con la candidatura”, retrucaron a las versiones desde el entorno del matancero. La misma respuesta emanó desde la intendencia de Lomas de Zamora, y argumentaron que ayer la ciudad de Buenos Aires y el territorio bonaerense amanecieron con nuevos carteles de Insaurralde como candidato.
Con cinco aspirantes aún en carrera, además de Espinoza e Insaurralde, están el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el secretario de Seguridad, Sergio Berni, desde el gobierno nacional continúa la presión para que los jefes comunales desistan de su intención de participar en la interna abierta.
Uno de los argumentos que sostienen desde la administración nacional es que Espinoza e Insaurralde garantizarían un caudal de votos que no pueden asegurar encabezando la boleta a gobernador.
“Con Fernando como candidato a gobernador garantizamos 200.000 votos más”, contraargumentaron fuentes cercanas a Espinoza.
Distinto es el caso de Insaurralde. Es que después del coqueteo con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, quedó resentida la relación con el kirchnerismo. Incluso, fue criticado por gran parte del kirchnerismo. Sólo recibió el respaldo de Scioli. Unos días después de anunciar su postulación, Aníbal Fernández cambió el reproche por los guiños con el lomense.
“Sí, seguimos”, fue la escueta respuesta de un cercano colaborador del intendente de Lomas.
La sobreoferta oficialista en la provincia más importante del país, que reparte cuatro de cada diez votos nacionales, pasó de doce a cinco. La depuración comenzó hace dos semanas, después del pedido que realizó Cristina Kirchner. El “baño de humildad” comenzó con el titular de la Anses, Diego Bossio.
Lo siguieron el intendente de Berazategui, Patricio Mussi; el referente del Movimiento Evita, Fernando “el Chino” Navarro; el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto; la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez; el presidente del Grupo Bapro, Santiago Montoya, y el viceministro de Desarrollo Social, Carlos Castagneto.
La Presidenta realizó con su exigencia la primera depuración; ahora, según contaron a LA NACION fuentes del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, depende de Scioli ordenar la oferta.
Mientras la batalla por prevalecer se da sin tregua, se suman operaciones, rumores y versiones que se contraponen. El pedido de la jefa del Estado fue claro: hay que acotar la oferta electoral. Pero aún es demasiado grande. De los cinco deben quedar tres. No hay dudas de que Fernández y Domínguez estarán en la pelea final; el resto lucha por sobrevivir