Se derrumbó la casa del padre de Alejandro Fantino en Santa Fe
En medio de los temas de actualidad que suele abordar en su programa, Alejandro Fantino sorprendió a su producción cuando le pidió que ponga al aire unas fotos que acababa de enviar. Se trataba de unas imágenes que mostraban cómo había cedido parte del terreno de su casa en Sauce Viejo, Santa Fe, un lugar muy querido por el conductor donde pasó gran parte de su vida.
“Parece increíble, mi papá siempre decía ‘cuando yo me muera, esta casa se la va a llevar el río’. Lo decía todo el tiempo”, rememoró al comienzo de su relato ante la sorpresa de los integrantes de “Fantino a la Tarde”. Luego, desarrolló cómo se enteró de la noticia: “Me llama por teléfono un íntimo amigo y me dice ‘se fue la mitad de la casa al agua’”.
Tal como se podía apreciar en las instantáneas que compartió, el host de ESPN FC explicó que la parte donde se encontraba la pileta se había derrumbado por completo. “Ahí, en enero, yo había puesto una hamaca paraguaya para ver el amanecer”, recordó.
Pese a la nostalgia que le genera esa propiedad, ya asimiló que no tiene mucho por delante. “Cedió la mitad del terreno. El río te socava, es increíble como se la llevó. Quedarán unos años más de la casa. Después, ¿qué voy a hacer? Me voy a hacer una casa en un terreno de más atrás”, remarcó.
Durante su narración, el conductor describió algunos de los espacios de la casa en los que compartió muchos momentos felices junto a su padre, Jorge Fantino, que murió el año pasado. “Esa escalera la hice yo junto a mi abuelo Juan cuando era chiquitito para que mi papá limpiara el techo del galpón donde guardaba las máquinas cosechadoras”, recordó.
Tras esas palabras, aseguró que espera sacarle el máximo provecho a la casa e invitó a sus compañeros a pasar un fin de semana. “Al que quiera se la presto, yo hace tres meses que no voy a la casa. Tienen 400 kilómetros por la autopista”, dijo con total sinceridad.
Para rematar sus anécdotas en aquella propiedad junto al río, Fantino contó una historia desopilante: “Un día estaba durmiendo en invierno, antes de la pandemia. Mucho frío. Fui a ver a mi vieja y me quedé durmiendo ahí solito. A las 7 de la mañana, escucho un golpe a la puerta y dicen ‘policía’. Abro y veo a cuatro tipos notariales. Yo estaba en calzoncillos. Me dicen ‘vinimos a rematar la casa, a tomar posesión’”.
Según el periodista, la frase no lo inquietó y solo le pidió a los oficiales que lo dejaran juntar sus cosas para irse tranquilo. Algo que finalmente no hizo falta porque la situación se limitó a una advertencia policial. “Dos años después llamé un abogado y me explicó que hubo un problema con unas escrituras”, reveló. Pero en ese sentido, admite que nunca le preocupó el futuro de la casa. “¿Querés rematarla? Llevátela, le quedan dos años para que la tape el río”, cerró entre risas. (TN)