Robo de Brasil!
Papelón para la fiesta inauguración, bochorno para el primer partido de la Copa del Mundo, con un Brasil al que le dieron un penal insólito para ganarle un prolijo y duro Croacia, que jugó como para por lo menos llevarse un empate. Que debió bancarse que Neymar le diera un manotón/codazo en la cara a Modric y sólo fuera amarilla, que ante cada dividida el brazo del árbitro japonés Nishimura marcara siempre para el mismo lado.
Brasil es más en los papeles. Tiene jugadores de mayor jerarquía y puesto por puesto, a excepción de Modric arranca ganando por goleada. Y seguramente, si juegan diez veces, ganará nueve. Pero éste era el partido que no tenía para ganar. Porque Croacia se lo ganó durante mucho tiempo tácticamente. Scolari no pudo resolver la posición de Olic a las espaldas de Alves, no encontró cómo frenar las salidas de Perisic y Modric tiene tanto concepto de juego como les faltó esta vez a tantos brasileños.
Neymar, el imprescindible de Felipao, pidió todas. Sin jugar un gran partido se hizo cargo de los momentos de desorientación del equipo. Con centrales que suelen ser seguros pero que esta vez mostraron ser totalmente humanos para la marca, con falta de socios, el 10 se inventó una de peligro para empatar y cerró la historia cuando le regalaron el penal, que casi saca el arquero.
La imagen de Brasil defendiéndose como podía, con Julio César sacando pelotas desde el piso (incluso una antes del 3-1 de Oscar, a lo Ronaldo), de Marcelo revoleándola para cualquier lado. El tercero de Oscar terminó dándole sensación de holgado a un triunfo resultado por un penal inventado.