Restituirán restos de hijo de cacique asesinado por negarse a profanar tumbas tehuelches
El Museo de La Plata restituirá este sábado a comunidades tehuelches de Chubut y Santa Cruz los restos de Sam Slick, hijo de un cacique, al que asesinaron a fines del siglo XIX por negarse a profanar las tumbas de su pueblo “con fines científicos”.
La historia de Sam Slick no es una más en la larga lista de atrocidades que los militares y funcionarios nacionales han cometido contra los pueblos originarios.
Sam Slick, fue un tehuelche al que quisieron domesticar, como aquel Jemmy Button de Darwin. Considerado un “indio bueno”, es decir, dócil y que acataba las órdenes, lo alejaron de su comunidad y le hicieron prestar juramento de lealtad a nuestra bandera.
Para los libros de historia, ayudó a consolidar nuestra soberanía nacional hasta que se cruzó con Perito Moreno, quien lo entregó a quienes luego lo fusilaron por negarse a abrir tumbas para recolectar restos óseos de sus ancestros.
Los restos de Sam fueron llevados como “material científico” al Museo de La Plata donde fueron exhibidos por muchos años.
Bajo el número de registro 1837, una ficha desteñida por el tiempo sirve de injusto epitafio: “‘Sam Slick. Indio Tehuelche (masculino). Asesinado Chubut. Desenterrado por el doctor F. P. Moreno 1876-1877″.
Para Fernando Pepe, “el caso de Sam Slick es paradigmático: fue guía del perito Moreno, quien lo traiciona y contrata a quienes serán sus asesinos, que lo matan entre Trelew y Rawson, luego desentierra su cadáver, lo descarna y lo exhibe en el Museo de La Plata en una vitrina. Es uno de los casos más claros de la crueldad del Perito y de la traición que se ejerció hasta con los llamados ‘indios amigos’”, afirma. (El Federal y agencia Télam)