Regresó el velero que homenajeó al Crucero General Belgrano
El velero “Galileo”, cuyos tripulantes realizaron una travesía de 30 días por el mar austral para homenajear a los fallecidos en el Crucero General Belgrano en el sitio de su hundimiento durante la Guerra de Malvinas, retornó en la tarde del lunes al puerto de Ingeniero White, en Bahía Blanca, “en perfectas condiciones y tras haber cumplido todos los objetivos”, confirmaron los responsables de la expedición.
La embarcación, que pertenece a la fundación bahiense Malvinas Argentinas, amarró en la terminal portuaria pasadas las 18, en medio de un gran recibimiento, luego de haber llegado a los principales puntos geográficos que recorrió el crucero antes de ser hundido por los torpedos del submarino HMS Conqueror, el 2 de mayo de 1982.
La tripulación, liderada por el ex combatiente y sobreviviente del Belgrano, Nilo Navas, logró llegar hasta las proximidades del sitio exacto del hundimiento (a los 55 grados 24 minutos de latitud sur, y los 61 grados 32 minutos de longitud oeste) donde arrojaron al mar una caja metálica hermética, conteniendo cartas de familiares de las víctimas y otros objetos como flores, rosarios, remeras y banderas.
También lanzaron al agua una botella con el logo de la Fundación Malvinas y un mensaje escrito en español e inglés, que rinde honores a los soldados que perdieron la vida durante el conflicto bélico con Gran Bretaña.
El velero pasó por el faro de San Juan de Salvamento, conocido como “Faro del Fin del Mundo”, el mismo que inspiró la mítica novela de Julio Verne, y visitó la ciudad de Ushuaia, el último puerto que tocó el Belgrano antes de ser hundido.
En la capital fueguina, los tripulantes del Galileo recibieron el pedido de ex combatientes locales, de trasladar a Buenos Aires una imagen de “Nuestra Señora de Malvinas” que se encontraba emplazada en el monumento a los caídos en la guerra de la misma ciudad.
La figura religiosa bendecida en Roma por el Papa Francisco, y que acompañó la última parte de la travesía, también llegó al puerto bahiense y en los próximos días iniciará una peregrinación por todo el país, a pedido de la Comisión Nacional de los Familiares fallecidos durante el conflicto.
“Estamos terminando un viaje sin palabras, un anhelo de muchos años. Un orgullo que perdurará en todos nosotros”, sostuvo Navas en dialogo con Télam.
El veterano contó que la navegación “muy dura” producto “de las condiciones climáticas que suelen imperar en el Atlántico sur”, aunque “pudimos sortear todos los obstáculos y ello convierte al viaje en exitoso, además de muy emotivo y difícil de definir sin soltar algunas lágrimas”, confesó el sobreviviente del Belgrano.
El velero había partido de Ingeniero White el 15 de enero, con seis tripulantes a bordo: el capitán, Andrés Antonini, su hijo Facundo, responsable de la radarización y las comunicaciones, Jorge Patoco, Mario Monserrat (contramaestre) Matías Míguez (encargado de cubierta y navegante) y el propio Navas.
Patoco y Míguez tuvieron que bajarse en Ushuaia y regresar a Buenos Aires en avión por razones laborales, por lo que la última parte del periplo se realizó con solo cuatro personas.
“Es una tripulación de lujo. Sin ellos nada hubiera sido posible. Fueron 5000 kilómetros y 30 días de convivencia. Durante el regreso, al ser menos, las guardias fueron más repetidas y hubo menos descanso, pero nos sobrepusimos a todo”, relató el impulsor de la iniciativa.
Según Navas, el momento del homenaje en la zona del hundimiento fue “estremecedor”, ya que había “olas gigantes en un mar embravecido que casi imposibilitaba la navegación. Pudimos filmarlo y fotografiarlo, aunque sólo ahora, en tierra, podremos editar el material y difundirlo para que la gente conozca lo que vivimos”, describió.
La imagen de la Virgen, que de acuerdo al relato de los navegantes les proporcionó “una protección extra en la travesía”, será trasladada por una comitiva de ex combatientes hasta la catedral de Bahía Blanca.
La figura quedará en el lugar hasta el miércoles 22, en que se oficiará una misa antes de que sea llevada a Capital Federal, para el inicio de su peregrinaje por todo el país.
“En lo personal significa cerrar el círculo de un desafío pendiente, algo que empezó como un sueño lejano y hoy es pura realidad.
Galopamos olas y llegamos donde queríamos, no sólo en la geografía, sino adentro de nuestros corazones”, afirmó Nilo Navas a minutos de concluir el homenaje náutico que tardó dos décadas en cristalizar, y que revolvió recuerdos de una guerra concluida hace casi 35 años.