Quién es el psicólogo deportivo que hizo que los equipos argentinos se peleen para contratarlo
Gustavo Goñi, ex jugador y actual integrante del cuerpo técnico de Racing, cuenta su experiencia en el mundo de la pelota; además, la pulseada entre Defensa y Racing.
“El fútbol es el juego más difícil del mundo porque se hace con los pies obedeciendo a la cabeza ¡Y miren la distancia que hay!”.
Varias décadas atrás, una institución como fue Ángel Labruna, dejaba la pelota picando con una frase que excedía el mero marco de la pelota. Vinculaba el aspecto psicológico con el juego, por entonces una quimera. Hoy, en estos alocados tiempos modernos, el fútbol y la psicología forman un matrimonio que no termina de afianzarse en la Argentina, aunque según datos de la Organización Mundial de la Salud, nuestro país lidera el ranking de cantidad de psicólogos per capita.
De a poco los clubes suman a uno de estos especialistas, aunque miran de reojo los resultados que se puedan conseguir. Pero hay un caso especial, tanto que en el último mercado de pases dos clubes se pelearon por sus servicios. Gustavo Goñi trabajaba en Defensa y Justicia con Diego Cocca. Cuando el DT pasó a Racing, pidió que el psicólogo lo acompañe. El equipo de Florencio Varela no quería desprenderse de él. Finalmente, Cocca cumplió su objetivo después de tratativas similares a las que a veces existen por un jugador. “¡No! No se puede hablar de que se pelearon por mí. Diego quiso que lo acompañe, y en Defensa querían que me quede porque me tienen aprecio. Nada más. No fue para tanto”, cuenta.
Pero, ¿por qué tanto interés en este hombre de 55 años de extremo perfil bajo? Marcelo Roffe, seguramente el psicólogo deportólogo de más renombre en nuestro medio, dijo una vez: “Sabemos que el fútbol es un deporte muy complejo. No cualquier psicólogo puede intervenir. Hay una personalidad del profesional acorde a cada medio, a cada cultura, a cada deporte, del que se debe estar empapado para ser eficaz”. Más allá de su capacidad como psicólogo, ahí radica la clave de Goñi: a sus conocimientos le suma su background como futbolista.
“Mi carrera como psicólogo la empecé a los 25 años, cuando dejé el fútbol. Yo firmé contrato como profesional en Vélez. El titular en mi puesto era Pepe Castro. En ese tiempo no había pases como ahora y los jugadores se quedaban años en el club. Pepe me decía que me vaya, que podía hacer mejor carrera en otro lado. Me quedé, pasaron unos años, y me dejaron libre. Estuve unos meses en Colegiales, y luego en Ligas del Interior donde viajás el fin de semana, jugás, cobrás y volvés. Y después no quise ir a jugar a Francia como me propuso Osvaldo Piazza”. Goñi hace una pausa y, como si estuviera relatando su vida en un diván de terapia, da en la clave para explicar el por qué de semejante giro en su vida tres décadas atrás: “Osvaldo me decía que allá iba a hacer carrera, pero yo no quería dejar a mis viejos y hacer ese sacrificio. Hoy, las falencias que tuve en mi carrera como futbolista las uso cuando veo un pibe al que le faltan cosas para complementar su talento deportivo. Ese fue el motor para meterme como psicólogo en el deporte: pagar una deuda conmigo mismo”.
Con el título en la mano, en 1993 comenzó sus trabajos en consultorios. Al tiempo, este platense se reencontró con el fútbol e inició su labor con los juveniles de Gimnasia. Trabajo con Carlos Griguol y Ramacciotti. En 2008, pasó a Defensa y Justicia, volvió a Gimnasia hasta que Miguel Ángel Russo lo convocó a Racing por un tema especial: ayudar al plantel a superar la muerte del masajista Jorge César Nardi, a quien un rayó lo fulminó el 12 de enero de 2011 en plena práctica.
“No sé como es el perfil del futbolista. Yo conozco personas. Somos todos iguales, pero distintos; como las huellas digitales”, responde sobre su tarea diaria. “Lo que es claro es que al jugador le dicen todo lo que tiene que hacer. La hora del entrenamiento, de la merienda, del partido.. Yo hago lo contrario: los escucho”. En este Racing, aunque lo niegue, puso un granito de arena importante cuando el equipo se cayó después del buen comienzo. “Hago un aporte, nada más”. Y agrega: “Lo importante es que el psicólogo dé herramientas. No apagar el fueguito en las urgencias y que el jugador diga: Yo puedo’. Darle herramientas para que llegue a su máximo rendimiento”.
Racing gana. Y pelea el campeonato. El equipo encontró el equilibrio. Algún motivo extra debe haber….