Protocolo WhatsApp: ¿vale todo?
Estudios recientes afirman que los mensajes de audio se pueden escuchar en privado aunque estés rodeada de gente. Si acercás el celular al oído como si hablaras por teléfono…, ¡voilà!, la grabación se convierte en un susurro al que solo el destinatario puede acceder y así proteger la intimidad del emisor.
QUE SEA UN GRUPO NO SIGNIFICA QUE SEA TERAPIA
Se arman grupos para organizar una salida, comprar un regalo o legitimarse como “las mamis del cole”. Pero hay que estar atentas porque… ¡no todo es para el grupo!: si del diálogo participan solo dos, entonces más vale mudarse al confesionario, que ahí se perdonan todos los pecados.
CUÁNDO Y CÓMO SALIR DE UN GRUPO
Muchas veces, silenciarlos no basta y necesitamos huir del grupo. El sistema no suma para evitar el dramatismo: avisa al resto de los integrantes con un categórico “abandonó el grupo”. Una buena excusa para borrarte es que perdiste el celular y, por lo tanto, tuviste que reinstalar la app.
LA FRECUENCIA DE CONSULTA DE LOS MENSAJES
Chequear todo el tiempo no es necesario, menos contestar a las apuradas. Lo aprendimos de un amigo que se curó de espanto cuando quiso contestarle a su jefe que estaba “todo perfecto” y el teclado predictivo escribió que estaba “todo erecto”.
VISTO O NO VISTO, ESA ES LA CUESTIÓN
Según el periodista José Heinz, el “visto” es la versión gráfica del silencio. Y no tiene que ver -valga la redundancia – con que lean tu mensaje, sino con la falta de respuesta: que te “claven el visto” implica la sensación de que te apuñalaron con la indiferencia.
EL USO DEL EMOTICÓN Y EL EMOJI
Se le llama “emoticón” al símbolo que expresa una emoción y “emoji” al que ilustra un objeto o lugar. Abusar de ellos puede devenir en un afán pictórico que corre peligro de ser mal interpretado. Podemos ponernos artísticas a veces, pero evitemos la seguidilla de: gatito, globo, pulgar arriba, avión, alien y smile ¡porque no se entiende nada y no tenemos 15 años!