Prevén que en 2025 podría haber tantas cuentas virtuales como bancarias
La revolución tecnológica está transformando el sistema financiero global, y la Argentina no es la excepción. En un contexto en el cual la innovación redefine los productos y servicios financieros, las fintech se han convertido en actores clave.
Un informe reciente revela cómo las cuentas de pago (CVU) han ganado rápidamente posicionamiento, duplicándose en el último año y consolidándose como una pieza fundamental del sistema financiero.
En 2023, las cuentas bancarias tradicionales (CBU) representaban el 76% del mercado financiero, con casi 136 millones de cuentas activas.
Por su parte, las billeteras virtuales abarcaban el 24%, equivalente a 41 millones de cuentas.
Sin embargo, para agosto de este año, mientras las cuentas bancarias crecieron a 137 millones, las de billeteras digitales treparon a más de 91 millones, significando el 40% del mercado. Las proyecciones indican que para 2025 podrían alcanzar la mitad del sistema.
Según el informe del Centro de Asuntos Fiscales, elaborado por Roberto Arias, Marcos Finn y María Sol Pasqualini, este crecimiento exponencial responde a una combinación de factores: la facilidad de uso, la inclusión financiera y el dinamismo del sector fintech, que ha logrado adaptarse rápidamente a las demandas del mercado.
Desde 2018, la inclusión financiera en Argentina ha dado un salto significativo. En junio de aquel año, solo el 3,7% de la población adulta contaba con al menos una billetera virtual.
Para junio de 2023, esa cifra escaló al 61,1%. En paralelo, la proporción de adultos con al menos una cuenta bancaria también creció del 81,2% al 95,9%.
El informe también advierte sobre la necesidad de ajustar la regulación financiera para fomentar la interoperabilidad y el acceso abierto. Aunque la regulación en la Argentina cumple con estándares razonables, a menudo resulta excesiva e ineficiente, lo que podría limitar el potencial de las fintech en el largo plazo, según sus autores.
El avance de las fintech también se refleja en el cambio de los hábitos de consumo. En 2016, un adulto promedio utilizaba tarjetas casi cuatro veces al mes y realizaba apenas 0,2 pagos inmediatos.
Para 2023, esas cifras se dispararon a 10,1 y 18,7 veces mensuales, respectivamente, demostrando la adopción masiva de los medios de pago electrónicos. (La Nación)