Por un error médico, una pareja tuvo un hijo de un embrión equivocado
Una pareja tuvo un hijo por fertilización in vitro y por error les transfirieron un embrión que no era el suyo. El caso no tiene precedentes en la Argentina y derivó en una causa penal.
El embrión que hubiera correspondido tenía el material genético de ambos padres a partir de la unión del óvulo de ella y el espermatozoide de él. Es decir, no había surgido de una donación. Sin embargo, una clínica de San Isidro implantó otro y ahora los damnificados demandan al establecimiento.
“Alteración y/o supresión de identidad de un menor de 10 años, estafa, defraudación y lesiones” es la denominación del expediente. La fiscalía a cargo ordenó un allanamiento que fue realizado por la división de salud de la Policía Federal. El procedimiento se efectuó tanto en el centro de fertilidad como en la clínica donde nació el bebé. Se llevaron estudios de sangre, historias clínicas y protocolos.
“No se sabe de qué pareja es el embrión implantado. La clínica se presentó en el expediente e informó que solo podían llegar a indicar durante qué período de tiempo se podría haber incurrido en el error”, sostuvieron fuentes del caso a Clarín. Es decir que otra pareja perdió su embrión.
Desde la clínica informaron que el óvulo que dio origen al embrión en cuestión habría sido donado y que resta determinar quién es el padre biológico entre un reducido grupo de clientes del centro de fertilidad.
Para los damnificados no hay dudas. El grupo sanguíneo del bebé no se correspondía con el de ellos. Si en el registro no había error, genéticamente el hijo no podía ser suyo.
Vadim Mischanchuk, abogado que representa a la clínica, informó que la causa penal fue archivada. La fiscalía desestimó la denuncia porque no pudo demostrarse la existencia de dolo. Y las figuras penales de la alteración y/o supresión de identidad de un menor de 10 años, la estafa y la defraudación no pueden ser consideradas culposos.
Sí existen las lesiones culposas, aunque los instructores del caso rechazaron esa posibilidad tras haber constatado que el bebé no padece daños físicos ni psicológicos. El expediente quedó caratulad como “X s/derecho a conocer el origen” y tramita en el fuero de familia, donde interviene el Asesor de menores e incapaces.
Por ser el primero que se conoce en la Argentina, el caso abre un debate legal inédito porque además se ve afectada la identidad genética del niño y su consecuente derecho a conocer de dónde viene, como sucede con todo bebé nacido de técnicas de reproducción asistidas con material genético de un tercero, ajeno a sus padres.
En el fuero civil, la familia que tuvo al bebé y los titulares del embrión podrían demandar a la clínica de fertilidad por daños y perjuicios.