viernes, noviembre 22, 2024
Tecnologia

“Pokémon Let’s Go”: una buena remake que apela a la nostalgia con aspectos a mejorar

 

Pokémon Let’s Go es la remake de un clásico. El juego, que originalmente salió en su versión “amarilla” en Game Boy hace 20 años, es la aventura de un joven que quiere ser entrenador de estas criaturas, cuya celebridad siempre será Pikachu. La nueva entrega saca provecho de las bondades de Nintendo Switch, aunque tiene algunos problemas de jugabilidad y por momentos se siente como un juego más de teléfonos celulares que de una consola.

Es cierto que la fórmula no falla precisamente porque es la misma de siempre: “atraparlos a todos”, con batallas actualizadas a mecánicas y gráficos de 2018. Y los pokémon de la primera generación.

 

 

 

Aunque quizás por esto una de las principales críticas es que el juego no innova en cuanto a su historia: es todo lo que ya conocemos desde 1996, cuando salieron las versiones roja azul de Pokémon para la exitosa consola portátil de Nintendo. Con apenas algunos twists.

Y con algunos pasos atrás en la dificultad: para atrapar un bichito ya no es necesario combatirlo y debilitarlo, sino simplemente arrojar la pokébola. Lo que funciona en la versión móvil de Pokémon Go -juego con el que está integrado- por la volatilidad de la experiencia en celulares, acá le quita todo tipo de desafío y lo torna un trámite.

Como suele hacer la franquicia, podemos optar por dos entregasPokémon Let’s Go Pikachu! Pokémon Let’s Go Eevee! Lo que varía es el pokémon con el que se comienza el juego y las características que tienen: Pikachu surfea por el mar y Eevee usa un globo aerostático. Además y como siempre, algunos pokémon están disponibles sólo en una de las dos versiones.

El director del juego, Junichi Masuda, había explicado en la E3 de este año que, en rigor, esta nueva entrega es una remake dePokémon Amarillo (1998, Game Boy), porque aquella versión incorporaba elementos del conocido dibujo animado de la serie. Y porque en aquel entonces Pikachu seguía al personaje principal durante todo el juego.

De hecho, hay un detalle: un póster que es un tributo a la vieja introducción de los juegos rojo y azul, para Game Boy.

Pokémon es -siempre fue- un juego RPG de batallas por turnos. La llegada a Switch se trata de la primera a una consola hogareña en este género (hubo entregas como Pokémon Stadium y Pokémon Snap en Nintendo 64, pero no eran juegos de rol). Las distintas versiones del Game Boy venían dominando el mercado.

En Switch la versatilidad de los joy-con ​permiten distintas formas de capturar pokémon.

Pero sin dudas la innovación más grande es un control con forma de pokébola, que hace a la experiencia del juego más interesante.

Tanto la música como los gráficos son un ataque retro y funcionan bien. Es el mundo de Kanto que teníamos en el Game Boy, pero no se ve ni parecido: es su versión actualizada en gráficos.

Sin embargo, a la parte gráfica parece faltarle un poco más: por momentos parece más un juego de móviles que de una consola. No porque el entorno no esté bien trabajado, sino porque todo se ve un poco apagado.

 

 

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