Esta versión de Boca pide a gritos que Riquelme esté en cancha aunque sea sentado. A excepción de algunos arranques del pibe Acosta, los caminos para encontrar el gol no le son conocidos. Las llegadas son consecuencia de centros aislados pero nunca del juego asociado. En el incio, Gago no la saca clara ni tiene socios para intentarlo.

Colón, con lo que tiene, aguantó primero y se animó después. Sin mucho esfuerzo y con la complicidad de una defensa endeble, Luque tuvo una clara y Mansilla hizo sonar el travesaño. Poco para un equipo que está tan arriba de la tabla. Suficiente para quien tiene como su principal objetivo mantenerse en Primera.

Algún cabezazo de Gilglioti, un remate perdido de Acosta no despertaron a nadie. Colón, con el esfuerzo resumido en César Meli, terminó emparejando la historia cada vez que el equipo de Bianchi parecía ir por más.  Y aunque en la última jugada debió cobrar penal para Boca (Sosa la tocó con la mano en un tiro libre), el empate terminó siendo lógico.