Pasión por Argentina: llegaron más de 50 fondos de inversión
“Vienen porque juegan con el diario de mañana”, señalan los operadores para explicar la copiosa llegada de sociedades provenientes de EEUU, Europa y América Latina. Apuestan al cambio de rumbo en la próxima administración y aguardan altas ganancias.
Hay pasión por las acciones argentinas. Más de cincuenta fondos de inversión que compran acciones y bonos de países emergentes están operando en la Argentina. Estos fondos tienen dineros de inversores de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.
“Vienen porque juegan con el diario de mañana”, señaló un avezado operador. Esto explica que el monto de negocios en el mercado de valores se haya duplicado. Y si no creció más es porque no hay más productos para vender. Hay empresas que mantienen en su poder 60 por ciento de las acciones, 20 por ciento o más las tiene Anses -papeles que antes pertenecían a las AFJP- y solo queda entre 10 y 20 por ciento para el mercado.
“Si hubiera más papeles en oferta, comprarían todo”, señaló un operador y puso el caso de YPF que cotiza una pequeña parte de las acciones. “Si YPF aumentara la emisión y saliera al mercado”, los papeles se agotarían enseguida a pesar de la baja del petróleo.
Hasta noviembre del año pasado, no había más de veinte fondos operando en la plaza. Ese número más que se duplicó. El caso más emblemático es el de Goldman Sachs, la banca de inversión, que en los últimos tres años había desparecido del mercado local y cuando vino fue para solucionar problemas de la entidad. Hoy es un fervoroso inversor en papeles de la Argentina.
Quien crea que esta gente está por la política económica que dicta Axel Kicillof se va a equivocar groseramente. La apuesta es al cambio de rumbo después de las elecciones de octubre. Saben que el nuevo Gobierno va a heredar una elevada inflación, tipo de cambio y tarifas atrasadas, desinversión, emisión de dinero y otros males, pero apuestan a que conseguirá dinero en el exterior a tasas accesibles por la confianza que puede despertar. En otras palabras, están atraídos por un mercado que creen que tiene una lectura más o menos fácil del futuro y da ganancias como si fuera impredecible.
El viernes en la Bolsa se negociaron 254 millones de pesos, uno de los volúmenes más elevados del año. Pronto estará rondando los 300 millones por el aumento de las cotizaciones y por el ingreso de más dinero. El índice Merval de las acciones líderes subió 1,44 por ciento.
La apuesta no es solo a que se ajustarán las tarifas y mejorarán los balances de las empresas energéticas o de gas, sino a que sean compradas desde el exterior. Por eso Pampa Energía, la controlante de Edenor, subió 8,23 por ciento en Buenos Aires y 4,91 por ciento en el exterior. Este papel lleva ganados más de 60 por ciento en lo que va del año.
La evidencia de que este proceso no es un voto de confianza al actual Gobierno está en la plaza cambiaria, que es la contracara de la bolsa.
La AFIP autorizó el viernes a los bancos a vender 17,3 millones de pesos de dólar ahorro a los bancos. En la semana se vendieron casi 100 millones de dólares por esta modalidad. El esfuerzo de un Gobierno escaso de reservas, apunta a contener al dólar en el mercado libre que subió a 12,96 pesos. Ya lleva tres ruedas consecutivas de alza y el Gobierno debe hacer cada vez más esfuerzos para que no se le vaya por encima de los 13 pesos. No hay duda que seguirá vendiendo dólares a cualquier costo.
Su decisión, casi autodestructiva, recuerda a la novela de Julio Verne La vuelta al mundo en ochenta días cuando Phileas Fogg le ordena al capitán del barco que los lleva a Inglaterra, que se había quedado sin combustible para las calderas, que queme la madera de la nave y todo lo que sea inflamable. Debía tocar puerto a cualquier precio para no perder la apuesta.
De todas maneras, el viernes la mesa de dinero del Banco Central pudo comprar 10 millones de dólares, pero el balance semanal fue negativo: vendió 152 millones y los exportadores siguen sin aparecer.
Las reservas, que terminaron en 31.377 millones de dólares, son 23 millones de dólares más bajas a las de la semana anterior aunque hay dudas sobre si se computan en su totalidad las salidas de dinero.
Por supuesto, los bonos cortos en dólares con legislación argentina –a pesar del fallo adverso de Thomas Griesa contra el Citi para que los pague en el exterior- acompañaron la evolución de la divisa de Estados Unidos. Estos bonos tienen la renta más elevada del mundo. Su tasa de retorno supera 15 por ciento. Por eso el Boden 2015 subió 2,23 por ciento en la semana y el Bonar X que vence en 2017 lo acompañó con 2 por ciento. En ese lapso el dólar libre creció 1,70 por ciento.
Otro rasgo que hace difícil que la Argentina pueda ser comprendida por los extranjeros es que a pesar del default y de los fallos adversos por el canje de la deuda, aumentó el porcentaje de clientes de los bancos que deja los dólares que compra depositados en una cuenta de ahorro. De esta manera, si mantienen las divisas inmovilizadas un año, se ahorran 20 por ciento del precio, porque no pagan el adelanto del impuesto a las Ganancias. El riesgo de que sean nacionalizados o estatizados los depósitos, disminuyó.
Nadie recuerda en la democracia una transición con estas características, que parecen más apropiadas de ser analizadas por psiquiatras que por economistas.
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