viernes, noviembre 22, 2024
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Para la AFIP, Milagro Sala desvió $ 635 millones de un plan de viviendas

 

Una prueba clave de la condena de Milagro Sala a 13 años de prisión en la causa “pibes villeros” es una ampliación de denuncia de la AFIP ante la Justicia de Jujuy que revela que solo entre el 2013 y el 2015 desvió “$ 635 millones” para gastos personales y políticos y así debería pagar 222 millones en concepto de impuesto a las Ganancias.

Esa cifra surge de restar a los gastos realmente hechos en la construcción de casas, los fondos cobrados del Estado nacional por viviendas no construídas, las “addendas” a los contratos y los montos cobrados por viviendas no terminadas.

En esa ampliación, se afirma que la AFIP debería considerar a ese monto como “ganancia gravada con el impuesto a las Ganancias en cabeza de quien finalmente dispuso de los fondos, esto es Milagro Sala” y así cobrarle esos 222 millones de impuesto a las Ganancias, pero es una opinión teórica porque ya fue condenada por fraude al Estado.

Aunque en la Justicia argentina no hay posiciones unánimes sobre si corresponde reclamar el pago por delitos diferentes de la evasión tributa. Por ejemplo, el fiscal de Casación Raúl Pleé ha sostenido que no debe reclamarse el pago de impuestos sobre la base que el Estado no puede asociarse al delito para la tributación.

En un informe de la delegación Córdoba de la AFIP, presentado por el ex subdirector de Interior y actual director de Prevención de Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo Jaime Mecikovsky, se afirma que se detectaron “serias irregularidades y conductas ilícitas con la construcción de viviendas de los programas de viviendas sociales de la provincia de Jujuy”.

Agrega que las 50 cooperativas de trabajo que creó “nunca presentaron comprobantes de compras o gastos” y están integradas por las mismas 16 personas, revelaron a Clarín fuentes de la Justicia de Jujuy. Estas cooperativas, como “Pibes Villeros”, tampoco “hicieron asambleas, ni presentación de estados contables. Y todas tienen el mismo domicilio fiscal que la asociación civil Tupac Amaru.

Las cooperativas “nunca presenta- ron comprobantes de compras o gastos, como se obtuvo copia o indicio alguna de la existencia de estos comprobantes” y solo cumplieron el rol de “emisores de facturas” sin emitir comprobante alguno del pago de sueldos o aportes previsionales.

Con la excepción de “Pibes Villeros”, el resto no tenía cuenta bancaria como co- rresponde. Y todos los cobros de los fondos federales se hicieron con cheques hasta 50 mil pesos para llevarse la plata en efectivo “e interrumpir el circuito de bancarización” y no dejar huellas sobre el destino final de la plata.

En cuanto a la Tupac Amaru, sus fondos “no condicen con los ingresos que la misma declaró y que consta en sus balances”. Por ejemplo, en el 2011 “se sortearon 20 automóviles y 20 motos” entre los militantes de la organización K pero no figuran en los balances. Agencias de autos de Jujuy informaron que todos los vehículos fueron comprados al contado. Además, la Tupac compró equipos de TV por 1.600.000 pesos con fondos provenientes de “donaciones” .

En cuanto a otras erogaciones se verificó que Sala y su entorno tuvieron enormes gastos de alojamiento en el hotel Acara de la Capital, tal como había afirmado la ex militante de la Tupac y actual diputada provincial Mabel Belconte, que no figuran en los balances. Solo en el 2015, Pedro Noro -cónyuge de Sala- pagó “más de $ 800 mil por pago adelantado de alojamiento para el 2016”. Entre el 2014 y el 2015, Sala y su entorno gastaron más de $ 110 mil en pasajes de Aerolíneas.

En cuanto a la situación impositiva de Sala, se detectaron “inconsistencias entre las cifras expuestas al inicio y al cierre” de sus declaraciones ante la AFIP. “Sus ingresos declarados no le permitirían la adquisición de rodados, donación de dinero a su hijo e importantes gastos de pasajes y estadías” tanto adentro como fuera del país.

En sus declaraciones se encontraron ajustes en los pagos “superiores a los $ 800 mil”. Su cónyuge Noro no estaba, al menos hasta el año pasado, registrado ante la AFIP pese a tener un Peugeot 3008 modelo 2013, mientras que su hijo Sergio es dueño de una Hilux 4×4 y un Fiat 500 pese a ser solo empleado de la provincia y su hija Claudia “registra compra de inmuebles y autos de alta gama desde el 2008 sin justificar”.

En las conclusiones se asegura que Sala dirigió un grupo organizado que “en forma sistemática realizó una serie de maniobras que le permitió el manejo discrecional de la totalidad de los subsidios remitidos por el estado destinados a la construcción de viviendas” y su desvió para su “provecho propio, para su entorno familiar, para terceros y para el gasto político”. (Diario Clarín)

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