Organizaciones ambientales piden que se implementen los compromisos del Acuerdo de París
En la víspera de la cumbre de cambio climático convocada por Estados Unidos, organizaciones civiles especializadas exigen a los 40 Estados que participarán que dejen de plantear compromisos y empiecen con la etapa de “implementación” de las metas del Acuerdo de París de 2016 y sumen mecanismos de participación democráticos para controlar su cumplimiento.
“Hay que salir del compromiso a la implementación. Entre el 2020 y el 2030 tenemos que implementar todos los compromisos que asumimos para lograr frenar el aumento de la temperatura y mantenerlo por debajo de los 2 grados o, mucho mejor, por debajo del grado y medio”, reclamó el Director Ejecutivo de Vida Silvestre Argentina, Manuel Jaramillo.
El diálogo con Télam, Jaramillo precisó que ese es el principal pedido de más de un centenar de organizaciones a nivel internacional, como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), de cara a la cumbre virtual que empieza el jueves y terminará el viernes.
Los 40 invitados, entre ellos el presidente Alberto Fernández, ya confirmaron su presencia al presidente estadounidense, Joe Biden, y todo está listo para la primera cumbre de este nivel en años.
Estados Unidos junto con China son los dos países que más contaminan. Entre los dos generan más del 50% de los gases de efecto invernadero.
En ese sentido, la organización Alianza por el Clima dijo que espera que desde América Latina haya un planteo exigiendo mucha más ayuda a las potencias.
“Lo que esperamos es que el planteo no sea ‘todos tenemos la misma responsabilidad para combatir la crisis climática’; esa no es la realidad”, subrayó el Secretario de la organización, Matías Prol.
En esa línea, Vida Silvestre destacó que hay que hablar de “responsabilidad compartida pero diferencial” porque los países desarrollados, que son los que más gases contaminantes han emitido hasta el momento, tienen responsabilidad con los demás.
En ese sentido, llamó a los Estados a enfocar los proyectos de financiamiento en apoyo concreto a desarrollos productivos y de mercado bajos en carbono y que respeten la biodiversidad.
Por ejemplo, dejar de invertir en combustibles fósiles y, en su lugar, promover la inversión externa para el desarrollo de energías renovables y de eficiencia energética.
Para que las metas puedan ser realizables también es necesario mejorar los mecanismos de control ciudadano, que existen, pero su poder de decisión es nulo.
“El problema de las audiencias publicas es que no son vinculantes. Entonces lo que se necesita es que los mecanismos de participación sean realmente democráticos”, afirmó Prol, representante argentino de la organización creada por la sueca Greta Thurnberg, la adolescente que movilizó a decenas de miles de jóvenes en todo el mundo para luchar contra el cambio climático.
Prol destacó que en países como Chile, donde muchas de las industrias son privadas, el drama se profundiza porque hay que luchar constantemente “contra gigantes que mueven mucho capital y controlan al Gobierno y a los tomadores de decisión”.
Asimismo, Vida Silvestre también destacó la importancia de que el sector gubernamental traccione tanto a las corporaciones como a los Gobiernos provinciales y municipales, que pueden hacer importantes aportes en la reducción de emisiones contaminantes.
Las tareas pendientes no están vinculadas solo con impedir que se siga contaminando, sino también en relación al trabajo de adaptación al cambio climático que ya está presente, entre ellas la reforestación, la práctica de cultivos flexibles y variados, así como también la adopción de medidas de precaución para estar preparados ante posibles catástrofes naturales.
Otro de los reclamos de las organizaciones civiles tiene que ver con la reconversión verde de las economías, algo que pudo observarse al inicio de la pandemia, cuando se redujo el uso del transporte y se paralizó en gran parte la industria.
“Tenemos que aprender del contexto en el cual estuvimos viviendo, vimos que si le sacamos un poquito el pie de encima, el planeta empieza a responder, a dar indicadores de recuperación. Debemos repensar esta matriz de producción y consumo a una escala planetaria respetando un poco al planeta porque es el único que tenemos“, pidió Jaramillo.
En su opinión, el parate de los primeros meses de la pandemia se aprovechó solo para el discurso político, no para asumir un giro real.
“Estamos hablando de ‘green recovery’ (recuperación verde), de inversiones de triple impacto, de una nueva normalidad, pero en la práctica seguimos invirtiendo en extracción de combustibles fósiles y seguimos consumiendo a un nivel mayor del que el planeta puede reponer sus recursos naturales”, alertó.
En ese sentido, llamó a dejar de convertir áreas naturales para la producción agrícola y, en cambio, implementar buenas prácticas para mantener y aumentar la productividad en los lugares que ya están habilitados para esa actividad.
“Esos son los desafíos que se necesitan. Para eso no solo hace falta inversión en recursos económicos sino también en ciencia, investigación, transferencia tecnológica. El cambio de paradigma tiene que ser fuertísimo. Que mejor que este momento de crisis para parar la pelota y empezar de otra manera distinta”, propuso.