Nuevo revés judicial para Rodrigo Eguillor, el joven que fue filmado forcejeando con una chica en un balcón
Había sido filmado forcejeando con una mujer en el balcón y lo acusan de abuso. Dejó atrás su perfil narcisista y cumplió 200 días de prisión preventiva. Pero ayer, el tribunal rechazó su excarcelación.
Pasó del penal de Marcos Paz a la cárcel de Ezeiza. Eso es un upgrade en el mundo del delito. Rodrigo Eguillor está en el mismo sector de ese penal que el músico “Pity” Alvarez. No está condenado. Su prisión es preventiva por el delito de abuso sexual agravado de Lourdes Segura. La chica con la que en un video se lo ve forcejeando, casi desnudos, en un balcón de San Telmo.
El “cheto de Banfield” -como se lo llamó a partir de los Lives en Instagram donde decía que Lourdes sólo era “para coger”, por ser “una negra de Ituzaingó”- lleva más de 200 días preso. El hijo de la fiscal de Ejecución Penal de Lomas de Zamora Paula Martínez Castro ya no tiene la melena con reflejitos rubios que sacudía frente a las cámaras. Sigue con su campera bomber verde y su jean roto. Pero poco quedó de la actitud del relacionista público del boliche Jet que se “creía mil”, como él mismo admitió.
Justo antes del último fin de semana, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°10 rechazó el pedido de excarcelación que presentó la defensa de Eguillor, en el que hablaron de “ensañamiento”.
“No es saña. Es una irrealidad que Eguillor esté en libertad con esta calificación, procesado y con preventiva firme. Eguillor no ve gravedad en el delito que cometió. Fue una violación”, dice a Clarín Fernando Burlando, abogado de Segura, la víctima.
Eguillor está acusado de “abuso sexual con acceso carnal” y “privación ilegítima de la libertad”. En la causa interviene el fiscal Oscar Ciruzzi. Para él, no corresponde liberar al acusado, ya que existe “peligro de fuga y entorpecimiento de la investigación”.
Eguillor está detenido desde diciembre por orden del juez Carlos Bruniard. La mayor parte de sus días tras las rejas trascurrieron en Marcos Paz. Hace menos de dos meses, la Liga Argentina por los Derechos Humanos denunció que esa cárcel está “superpoblada”, que los presos allí pueden estar al menos cuatro días seguidos sin agua y que no hay calefacción. Eguillor pidió su traslado. Se lo concedieron. ¿La causa? Su mala relación con otros presos. Por eso llegó a Ezeiza, una cárcel que, por el tipo de presos que tiene, está bajo mayores controles. Pero la mala actitud de Eguillor hizo que lo “intratrasladaran”.
Eguillor había sido alojado en el Módulo 1, destinado a 372 presos con Resguardo Integral Físico (R.I.F.) -para evitar que otros internos los ataquen-. Pese a los seis pabellones de alojamiento, con 50 celdas cada uno; dos pabellones de 12 celdas cada uno y un pabellón de alojamiento común de 48 plazas, su cercanía con Jorge Mangeri, el encargado de edificio condenado por el crimen de Ángeles Rawson, no terminó bien.
Así, ante un nuevo pedido de la defensa, fue derivado al Hospital Penitenciario Central -dentro del penal de Ezeiza- para otra evaluación psiquiátrica. Por eso, está con Pity Alvarez. “Es una locura. Nosotros nos negábamos a que lo trasladaran a Ezeiza y ahora la defensa pidió que lo trasladen a un lugar extramuro”, detalla Burlando. Ese lugar sería una clínica psiquiátrica.
El Hospital Penitenciario es otro upgrade para Eguillor. Cuenta con 50 plazas en dos plantas. Allí funciona también el Hospital Psiquiátrico de Varones (Unidad 20). Ezeiza, en cambio, es la cárcel más grande del país, en el que habitan 2.226 hombres.
La prisión preventiva de Eguillor fue confirmada por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional en enero.
El 5 de julio, el fiscal Ciruzzi consideró que eso debía mantenerse por el “comportamiento elusivo” que demostró el acusado durante la investigación. También resaltó que a Eguillor lo detuvieron en el Aeropuerto de Ezeiza cuando intentaba salir del país. El fiscal también dijo que debería tenerse en cuenta “su dudoso arraigo” en el país (Eguillor no tiene contacto con su familia) y el hostigamiento hacia la víctima y hacia los testigos a través de redes sociales.
El 15 de noviembre, Eguillor recibió a Segura, de 22 años, en el departamento que alquilaba en San Telmo. Según la denuncia, él abusó de ella y no la dejó irse con la excusa de que su amigo se había llevado la llave. Por eso, entre empujones, terminaron en el balcón, adonde fueron registrados por vecinos mientras la chica gritaba. El Cuerpo Médico Forense constató las lesiones que tenía ella en el cuello, desde donde Eguillor la sostenía. (Diario Clarín)