Nueva York se colmó de presidentes y estrellas
Cristina y la reina jordana comparten hotel; Sting y Di Caprio, con los sioux.
La rodeaban cuatro guardaespaldas y repartía sonrisas. La reina Rania de Jordania cruzó el lobby del hotel que comparte con la presidenta Cristina Kirchner y partió en una camioneta negra.
A pocos metros, sobre la esquina de la Columbus Square, el actor Leo Di Caprio y el cantante Sting marcharon rodeados de indios sioux, como parte de la masiva convocatoria por el cambio climático que copó la ciudad. Al primero era difícil reconocerlo, camuflado con el rigor de un agente secreto.
La pasarela que suele ser la semana de las Naciones Unidas en Nueva York se desplegó ayer y quiso la Presidenta que esta vez miembros de la agrupación La Cámpora la acompañaran en este escenario donde la clave es llamar la atención. Ser vistos. Ser registrados.
“Decenas de presidentes, de dirigentes y de aspirantes a serlo pasan por aquí todos los años. Pero la mayoría de ellos suele hablar ante un recinto vacío o distraído, con discursos que van más que nada para el consumo interno en sus países y mucho menos para la Asamblea”, recordó a LA NACION un veterano diplomático en estas lides.
Este año, en el mundo hispanohablante, el punto de atención está puesto en dos figuras que también por primera vez llegan a la ONU. Entre los presidentes, el de México, Enrique Peña Nieto, que llega con una agenda de actividades y de encuentros bilaterales que no da respiro.
Entre los jefes de Estado, la mirada se la lleva el rey Felipe de Borbón, quien -más allá de las giras que hizo por Francia y Portugal- se “presentará ante el mundo” en este plenario.
La diplomacia española está feliz porque le ha tocado hablar poco después del presidente Barack Obama. “Eso aumentará todavía más su visibilidad”, dijeron. Tal vez, en alusión al temor de que, luego, el plenario se vacíe.