Noche de verano: superá el calor y el agobio al momento de descansar con estos trucos
Una ola de calor aumenta el riesgo de sufrir el trastorno llamado “insomnio de verano” que suele ser pasajero y afecta a personas que de manera habitual duermen sin mayor inconveniente.
Para conciliar el sueño, los expertos recomiendan hidratarse, cenar liviano y, en caso de necesidad, tomar infusiones de pasiflora, tilo y valeriana, que no provocan los efectos secundarios de los somníferos sintéticos de venta libre. El consumo de alcohol interrumpe el sueño y, si se acompaña de cenas pesadas, se forma una combinación perfecta que atenta contra nuestro reposo.
Temperatura del ambiente. Se estima que la calidad del sueño disminuye a partir de los 26 grados y, teniendo en cuenta la ola de calor que atravesamos, será difícil conciliarlo con más de 30, ya que una mayor temperatura corporal hace que nuestro cerebro genere menos melatonina, la hormona responsable del sueño. Si se cuenta con aire acondicionado, lo ideal es mantenerlo entre niveles de 23 o 24 grados, sienta ésta última opción la recomendada para el ahorro responsable de la energía.
El doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), asegura que “con el aumento de la temperatura ambiente, se produce una hiperactivación del metabolismo motivada por el esfuerzo corporal de mantener la temperatura interior acorde con la exterior, lo que tiene consecuencias cerebrales”. Se disparan así síntomas como irritación, nerviosismo y trastornos del sueño. Esto es lo que nos impide dormir bien, dando lugar a un incremento de los trastornos de la ansiedad y el sueño. Ambos trastornos, se complementan y se potencian el uno al otro, dando lugar a una espiral que es necesario frenar a tiempo para evitar posibles crisis. Por eso, es necesaria la regulación de la temperatura del ambiente en el que se pretende descansar.
Recomendaciones para conciliar el sueño
Tener las persianas bajas (o cortinas o blackout cerrados, llegado el caso) mientras dé el sol para evitar, en la medida de lo posible, el famoso “efecto invernadero” de las habitaciones.
Ventilar la casa previo a dormir.
Darnos una ducha de agua templada a fría antes de ir a la cama.
Tomar agua u otra bebida sin cafeína ni estimulantes y cenas ligeras.
Utilizar pijamas de algodón que no provoquen una sudoración excesiva.