Nobel de la Paz por combatir la violencia sexual en las guerras
El comité Nobel noruego ha anunciado este viernes en Oslo que los elegidos para recibir el Nobel de la Paz este año son la yazidí Nadia Murad, ex esclava del grupo yihadista Estado Islámico, y el congoleño Denis Mukwege, un ginecólogo que cura a mujeres violadas en República Democrática del Congo, por “sus esfuerzos para poner fin al uso de la violencia sexual como arma de guerra”.
Tanto Murad como Mukwege habían sido ya galardonados con el premio Sajarov, la activista en el año 2016 y el ginecólogo en 2014.
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The Norwegian Nobel Committee has decided to award the Nobel Peace Prize for 2018 to Denis Mukwege and Nadia Murad for their efforts to end the use of sexual violence as a weapon of war and armed conflict. #NobelPrize #NobelPeacePrize pic.twitter.com/LaICSbQXWM— The Nobel Prize (@NobelPrize) 5 de octubre de 2018
Mukwege (1955) “ha dedicado su vida a defender a las víctimas de violencia sexual en tiempos de guerra” y Murad “es el testigo que cuenta de los abusos perpetrados contra ella y contra otros”, argumentó el comité del Nobel para conceder el galardón.
El médico y su equipo “han tratado a miles de pacientes que fueron víctimas de estos asaltos”. Asimismo, Mukwege ha condenado “la impunidad de las violaciones masivas y ha criticado al gobierno del Congo y de otros países por no hacer lo suficiente para parar la violencia sexual contra las mujeres como estrategia y arma de guerra”.
Watch the moment the 2018 Nobel Peace Prize is announced.
Presented by Berit Reiss-Andersen, Chair of the Norwegian Nobel Committee. pic.twitter.com/fIv2yWPxE6
— The Nobel Prize (@NobelPrize) 5 de octubre de 2018
En cuanto a Murad (1995), el Comité Nobel recordó que es “una de las cerca de 3.000 niñas y mujeres que han sufrido abusos sexuales como parte de la estrategia militar del Estado Islámico que usaban ese tipo de violencia como un arma contra los yazidíes y otras minorías religiosas”.
Además, destacó que “tras tres meses de cautiverio logró escapar y empezó a denunciar los abusos que habían sufrido ella y otras mujeres”. “Tuvo el extraordinario coraje de contar su propio sufrimiento y de ayudar a otras víctimas”, dijo el Comité Nobel.