jueves, noviembre 21, 2024
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“No entiendo por qué mi perro rottweiler me arrancó un brazo”

El animal mordió a Emilio Muñoz durante 12 minutos, hasta que llegó un vecino y lo pudo controlar.

“No hay que bajonearse ni resignarse, tengo 44 años y todavía tengo la mitad de la vida por delante, pero sin un brazo… me parece una eternidad. Es mucho”, le dijo ayer a Clarín Emilio Muñoz, que perdió el brazo por la mordedura de su rottweiler. El perro ya había matado a dos personas dentro de la casa de Muñoz, una en 2011 y otra en 2012. Ambas habían ingresado a su casa a robar, según el hombre.

Muñoz, internado en el tercer piso del hospital Castro Rendón de la capital de Neuquén, ayer contó su terrible experiencia. Aún sorprendido por lo que ocurrió, Emilio, que vive solo en su casa, contó: “El sábado pasado terminamos de cenar con mi novia y fui a guardar el auto, que lo tengo entre el portón y mi casa, a unos 10 metros. Salí y los perros siempre vienen a saludarme”. Otto, de cuatro años y medio y Pitu, la perra de 3 años y medio, custodiaban celosamente la casa.

“Cuando guardé el auto avanzaron de la cucha hacía el portón a saludarme, como siempre. Y en el momento que toco a los perros, Otto me muerde el muslo. Le exijo que me suelte. Me suelta, y me toma el antebrazo izquierdo y después el brazo”, recordó Muñoz.

Y agrega triste, todavía sorprendido: “En ese instante mi novia escucha, sale de casa y pide ayuda a los vecinos. Todo ese tiempo, que habrán sido unos 10 o 12 minutos me estuvo mordiendo, nunca me soltó. No me había mordido nunca. Lo tenía desde cachorro. La verdad que no entiendo por qué mi rottweiler me arrancó un brazo”.

“Mi vecino Luis (Molina), que trabajó en mi casa de sereno cuando yo la estaba construyendo y conoce a Otto de cachorro, pudo llegar al lugar y ponerle al perro el collar de ahorque en un momento que me soltó, porque estaba cansado o no se porque me dejó. Le puso el ahorque, y aunque ya estaba la Policía, le dije que lo mate. Y con el collar de ahorque lo mató”.

“La perrita estuvo en la cucha en todo momento, es más, se acercó varias veces y me daba lengüetazos y lo raro es que no lo atacó a Otto para defenderme, ni lo ayudó a él a atacarme”, cuenta el hombre que aún no decidió qué hará con Pitu, la perra.

Emilio Muñoz llegó al hospital consiente, “me estabilizaron, me pasaron a quirófano y ahí me dijeron que iba a perder el brazo”, relató.

Ante la consulta de Clarín de por qué tenía perros con fama de ser peligrosos, comentó que “el rottweiler es una mascota que me gusta como el ovejero y los boxer, porque los veo fuertes y seguros. Los tenía por seguridad, el comentario en el barrio era que es difícil entrar a mi casa porque tengo dos rottweiler”.

“Cuando pasaba alguien por la vereda más o menos sospechoso, solían desesperarse. De hecho tuve siete robos en cuatro años y medio, y lo que me salvó son los perros. No alcanzó con las rejas y la alarma que tengo”, dijo Emilio.

El hombre vive en el barrio Huiliches, en la zona oeste de la ciudad y a unas 30 cuadras del centro. Oriundo de Villa Regina, Río Negro, estudió Administración de Empresas y trabaja en un estudio contable.

“No se qué voy a hacer de ahora en más. Por suerte tengo un entorno que me acompaña y me alienta con mensajes de fuerza, pero el día que me den el alta y llegue a mi casa y tenga que resolver algunas situaciones, como por ejemplo cuestiones de trabajo, no se que voy a hacer. Soy empleado”, dijo Emilio preocupado.

Fuente: Clarín

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