Miguel Angel Sola destacó que el nivel artístico argentino es brillante
Miguel Angel Solá, uno de los protagonistas de “¿Quién mató al Bebe Uriarte?”, la serie policial santafesina que los martes a las 22.30 emite La TV Pública, subrayó que el programa “demuestra que en cada rincón de Argentina hay talento. Por eso, estos emprendimientos, apoyados y fomentados por el Estado, son maravillosos”.
En charla con Télam a través del correo electrónico, sostuvo que “también es maravillosa la mentalidad privada cuando está puesta al servicio de ofrecer educación, creatividad, emociones e ideas. Que no se pierda la costumbre de hacer realidad los sueños de la gente capaz y que ésta política tenga continuidad para las artes visuales argentinas, son desafíos posibles de asumir”.
A los 63 años y mientras filma en Sevilla y empieza cada vez más a retomar la costumbre de tener un pie en España y otro en la Argentina, el actor que el año pasado brilló interpretando a Héctor Germán Oesterheld en la premiada “Germán, últimas viñetas” (también visto por Canal 7), ahora encabeza un policial dirigido por Gastón del Porto, Alejandro Carreras y Juan Pablo Arroyo.
El envío escrito por Marcelo Figueras y Martiniano Cardoso incluye en su reparto central a Adrián Navarro, Federico Luppi, Leonora Balcarce y Juan Palomino para enmarcar una investigación en torno al fallecimiento de Esteban Uriarte, alias “el Bebe”, popularmente conocido como “el rey de la noche santafesina”.
-¿Qué tiene que tener un proyecto de teatro, cine o TV para que lo tiente?
-Lo que han tenido éstos dos últimos que, siendo dos concepciones tan distintas de hacer tele, se hermanan en el querer hacer buena TV y en el enorme talento que se junta en todos los rubros.
También, convengamos, es imprescindible el sello de quien toma éstos trabajos para exhibirlos. Lo de La TV Pública no puedo menos que agradecerlo: “Bruno Sierra” (hecha en España), que gustó tanto aquí y allá, “Germán” y “El Bebe” son puertas de entrada a la calidad, con mayores y menores recursos, pero puertas grandes.
-¿Qué significa desde lo personal el hecho de querer ser parte de un trabajo de este tipo?
-Alegría de estar. Hay dos generaciones que de mí no saben más que lo que les cuentan, si les cuentan algo. Puedo mostrarme ante ellos al menos. Y aquellos que alguna vez me tuvieron confianza, ahí me tienen por un rato.
-¿De qué modo dimensiona el hecho de que La TV Pública le esté dando aire a producciones federales?
-La lucha entre federalistas y centralistas sigue por diferentes métodos. No son los brutos del antes, pero son los inconcebibles del ahora.
El federalismo, abandonó por un rato el banco de suplentes y hace buen partido. Falta, claro. Pero es mucho más que la nada que ha sido en la TV.
-¿Cree posible poder democratizar el discurso de la ficción en televisión?
-¿Por qué lo pregunta con temor? ¿Por la cantidad de crías de falsos demócratas que dejaron las décadas infames de los 70, 80 y 90? Habrá nuevos hombres y mujeres para hacer un país libre.
Por ahora, la lucha es la de siempre: educación, salarios dignos, nutrición, sueños a cumplir, sentido en la cultura, dignidad política.
Sigue el nepotismo, sigue el caciquismo, siguen los “punteros”, siguen los “algún culo va a sangrar”, siguen los “barrabravas”, siguen los “machos” y las “carnes de alquiler baratas o caras”, siguen los “simpáticos de mierda”. Pero ninguna escuela es para siempre.
-¿Qué Argentina percibía desde España en los últimos años y con qué país “real” se fue encontrando aquí?
-El debate respetuoso, la diversidad de pensamiento y el intercambio necesario de ideas son la gran deuda interna que el país arrastra desde siempre.
-¿Y a nivel artístico?
-El nivel argentino es brillante. Pocos pueden mostrarlo fuera de nuestras fronteras, pero cuando aparecen dejan marca. Les Luthiers, (Juan José) Campanella, (Claudio) Tolcachir, (Ricardo) Darín, (Daiel) Veronese, en mi quehacer, por ejemplo, son sellos en España, y la gente elige ir a verlos siempre.
-¿De qué modo observa la crisis española y cuánto entrenamiento le ha dado el ser argentino para enfrentarla?
Ser argentino afuera te hace dar cuenta de lo idiotas y egoístas que somos estando dentro