viernes, noviembre 22, 2024
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“Me gusta mirar la cicatriz que me hice cuando escapé”

Sonia Molina, la mujer sometida a maltratos y retenida contra su voluntad por la periodista suarense Estefanía Heit y el falso pastor Jesús Olivera, y además abusada por él, contó hoy por Panorama de LU2 cómo escapó de la casa de Coronel Suárez en la que estuvo encerrada.

   “Aproveché que me pasaron de un pasillo a una habitación. Hacía 2 días que estaba tirada, toda orinada. Estuve toda la noche pensando en el estado en el que estaba y me sentía morir. Le pedí fuerzas a Dios, pensé en mi hija y me paré. Dudé un momento y empecé a vestirme. Escuché que estaban dormidos, abrí la ventana, levanté un poco la persiana, metí la cabeza y salí al patio —contó Sonia Molina—. Sentí que corría pero en el estado en el que estaba no era correr. Me subí a unos tambores de 200 litros e intenté saltar para el otro patio. Tengo una cicatriz que es la que me gusta mirar y que es la que me hice con el paredón cuando pasé para el otro lado.”

   Relató que atravesó el patio de otra casa y salió a la calle por el ventiluz de un portón a pedir ayuda.

   “Intenté parar un taxi pero iba ocupado y me acerqué balbuceando a una construcción. Un hombre me trajo una botella de Sprite, que era lo que yo imaginaba con tomar cuando estaba en el encierro. Me la tomé y me limpié la boca llena de barro y excremento. Me dijo que me llevaban a Suárez a hacer la denuncia pero dudé porque tenía miedo de que la policía estuviera metida. Quería llegar a la Colonia 2 a la casa de Liliana Herr y Néstor Beier, [una familia conocida]. Ahí me contuvieron”, contó.

   Molina reiteró por Panorama de LU2 que esperaba una pena mayor a la que recibieron Heit y Olivera; 13 y 18 años de prisión respectivamente.

   “Igual estoy conforme. Lo importante es que no queden libres porque son peligrosos y enfermos. Estuvieron a punto de matarme. Que estén en un manicomio o en una cárcel, pero que estén encerrados”, dijo.

   “El fallo descartó el intento de homicidio, pero sí está médicamente comprobado que si yo pasaba 48 horas más así dejaba de existir”, agregó.

   Consideró que la policía, los médicos y las instituciones no están preparados para enfrentar estos casos: “Uno termina sintiendo la mirada de todos. Falta preparación y falta compromiso social e institucional. Y la parte política deja mucho que desear. El intendente de Coronel Suárez [Ricardo Moccero, actual diputado provincial por el Frente para la Victoria] me pidió hacer una nota y que pusiera una sonrisa cuando estaba intentando recuperarme. Eso es desastroso”.

Fuente: Lanueva, Lu2  y Delabahia

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