Mario Pergolini, Agustina Cherri y Marcelo Tinelli, entre los famosos que despidieron a Diego Maradona
Desde bien temprano la Casa Rosada es el escenario del último adiós más inesperado para los argentinos que, de alguna manera, creían que Diego Armando Maradona era inmortal. A cajón cerrado, cubierto de banderas y con las camisetas de la Selección Argentina y de Boca Juniors, el cuerpo de Maradona es honrado por miles de personas que se acercan a la Plaza de Mayo para rendirle tributo y confirmar que él, el Pelusa, fue, es y será el mayor ídolo popular del país. El ambiente es de cancha, hay cánticos, banderas y hubo bombos y bengalas en la madrugada. Durante la primera mañana empezaron a salir, de a poco, algunos de los familiares que pudieron despedirse de forma íntima. Entre ellos, la hermana mayor de El Diez, Ana María.
Adentro de la sede del Poder Ejecutivo, su exesposa, Claudia Villafañe, y dos de sus hijas, Dalma y Gianinna siguen la vigilia que empezó pasada la 1 de la mañana. Ellas fueron las primeras en llegar y, seguramente, serán las últimas en salir. Tienen reservado el espacio más cercano al féretro frente a la capilla ardiente que se montó en el primer hall de ingreso. También se encuentra en el lugar otra de las mujeres que fue parte de su vida: Verónica Ojeda, que está junto al más chico de sus herederos, Dieguito Fernando. Durante la noche dijeron presente a la ceremonia privada a cajón abierto que tuvo lugar en el salón de los Pueblos Originarios un grupo de invitados autorizados por su familia. Entre ellos: Guillermo Cóppola, varios jugadores de la Selección del 86, Claudio “Chiqui” Tapia, Oscar Ruggeri, Javier Mascherano, Martín Palermo y Carlos Tevez. También, otros allegados al futbolista como Marcelo Tinelli, quien expresó su pesar con una foto y fraternales palabras en las redes sociales, pudieron despedirse a puertas cerradas y acompañar a la familia.
El hermetismo de la familia
A las 6 de la mañana, se dio acceso al público en general. Uno de los primeros en llegar fue Luciano Pereyra, quien es muy cercano a Villafañe y a sus hijas. Pasadas las 9.30, Fernando Burlando, abogado de la ex mujer del Diez entró a la Casa Rosada, sin hacer declaraciones a la prensa. En tanto, Matías Morla, quien representaba a Maradona, anunció mediante un comunicado que no estaría en el velorio ya que él se había despedido en vida.
Otras celebridades fueron llegando al lugar. Entre ellas, Mario Pergolini, un conocido fanático de Boca Juniors, hoy vicepresidente primero del club, que eligió ponerse un barbijo azul y oro, además de un elegante traje. Sin detenerse, el conductor y empresario se dirigió directamente al recinto. Minutos antes del mediodía, Pablo Echarri, junto a su hija Morena, entraba a la Rosada donde se encuentran los restos de Diego Armando.
Al salir, el actor dijo: “Diego es mi vida y es la vida de los que tengo más cerca. En lo futbolístico, en lo personal… la magia que brindó en el campo de juego fue inolvidable y nos hizo vivir las alegrías más grandes. Pero, después, fuera del campo de juego fue un representante de las clases más segregadas, más débiles. Nunca abandonó el lugar de donde vino. Se transformó en un representante de esos sectores más castigados. Eso generó una referencia muy importante para mí. Por eso digo que para mí fue el más grande de toda la historia adentro de la cancha. Pero fuera ha sido un extraordinario referente“. Y sumó, quien conoció al Diez en 1999, cuando compartió tira televisiva con su hija Dalma: “Ayer se detuvo el mundo. Eso da cuenta de que fue y será el jugador más extraordinario de todos los tiempos y es nuestro“.
Además, Echarri contó que Nancy Dupláa, su mujer, no lo pudo acompañar por temas laborales pero que no para de llorar desde que se enteró la noticia. El actor pudo saludar a parte de la familia adentro del recinto. “No la vi a Gianinna pero sé que tal vez es la que más triste está… Ya voy a tener la oportunidad de darle un abrazo más adelante. Estuve con Dalma, nos abrazamos y con Claudia“, reveló.
Y sumó, sobre los últimos tiempos del Diez: “Tengo entendido por la familia, por Claudia, que en los últimos tiempos no tenían forma de acceder a él. Eso verdaderamente me entristece profundamente porque creo que lo que Diego necesitaba en sus últimos tiempos era el cariño de sus seres más queridos, de sus hijas, de sus hijos, de los que lo habían querido, más allá de los conflictos que habían existido“.
Por último, sobre qué iba a extrañar del Diez, contestó: “Su desparpajo, su forma directa de hablar, su manera contestaria, su amor por el pueblo… la cantidad de imágenes, de videos, de jugadas, de goles, de frases inolvidables que nos dejó. Lo vamos a llevar en el corazón. Pero él logró trascender por lo que salía de su boca. El Diego como ser político siento que a la larga va a ser el símbolo que más vivo que va a quedar. Sus jugadas, su fútbol, las maravillas con la pelota las vamos a poder ver en YouTube pero en el corazón va a quedar ese ser político“.
Una de las que no pudo ingresar fue Rocío Oliva, quien se retiró de la Plaza de Mayo muy enojada, después de asegurar que había sido Villafañe quien no había permitido que entrara al evento íntimo que tuvo lugar durante la madrugada. Quienes sí tuvieron la oportunidad de mostrar su cariño por el máximo jugador de fútbol de la historia fueron Nito Artaza y Cecilia Milone -la pareja llegó en autos separados- y el conductor Mariano Iúdica. También se acercaron el ministro de Turismo, Matías Lammens y el ministro de Salud, Ginés González García. En tanto, la psiquiatra personal de Maradona, Agustina Cosachov, se detuvo al llegar y dijo a este medio: “Es un momento malo, es un momento complicado. Me siento mal“. Más tarde, dijeron presente el periodista deportivo Tití Fernández y su mujer, Norita, y Diego Brancatelli, con la camiseta de Napoli en mano. Los tres siguieron de largo e ingresaron a la Casa de Gobierno sin detenerse.
Un poco antes de las 11 de la mañana, un sonido se impuso desde el cielo: era el helicóptero que trasladaba al presidente de la Nación, Alberto Fernández, quien saludó y siguió su camino para honrar al Diez con una camiseta de su equipo, Argentino Juniors. Al tiempo que se arrimaron varios de los integrantes del primer club del Pelusa, Cebollitas.
El músico Fabián “El Zorrito” Quintiero, al salir del velatorio de Maradona
Más cerca de la hora del traslado a Bella Vista, más figuras se arrimaron para despedir y acompañar. El Polaco se mostró cerca de Claudia Villafañe; mientras que El Zorrito Von Quintiero, Juanse y Carolina Papaleo también quisieron saludar a la familia, una de las últimas en presentarse en la casa de Gobierno fue Agustina Cherri. La actriz, íntima amiga de Dalma y Gianinna, llegó cerca de las 2 de la tarde junto a su pareja.
El periodista Tití Fernández, después de saludar a la familia, contó cómo estaban Claudia Villafañe y sus hijas, Dalma y Gianinna: “Son fuertes, ahí están Dalma, Gianinna, Claudia. Están mal, pero no sabés lo lindo que es ver a la gente del otro lado, la gente que vino a demostrarle el cariño a Diego, eso es espectacular, eso les levanta el ánimo“.
Además el periodista deportivo habló de lo que significó El Diez en su vida y en el mundo: “Yo le respeté mucho y él me respetó mucho. Diego va a durar toda la vida, por todo lo que nos dio“. Y agregó: “Me dicen que la cola de gente es infinita. Las muestras de afecto, no hay quien no grite, hay una montaña de camisetas, de flores. No hay nadie que no esté triste porque se murió Maradona. Fue el pasaporte más importante que tuvimos los argentinos durante mucho tiempo, cuando se nos complicaba decías: `Maradona´ y te abrían las puertas. Fue un monstruo“.
Si bien en la primera mañana eran pocas las figuras conocidas que desfilaban por la Casa Rosada para darle el último adiós al Diez, más tarde fueron llegando más personalidades. No pasó lo mismo con los fanáticos que desde el alba llenaron la plaza y mostraron en cada una de sus facciones marcas de tristeza y admiración.
“Olé, olé, olé, Diego, Diego”, se escucha en una de las jornadas más tristes de la historia reciente. Hay lágrimas en cada una de las personas que atestiguan que lo que se dice es verdad: Dios ha muerto. (La Nación)