viernes, noviembre 22, 2024
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Marcos Peña, a la defensiva tras los cambios: “No planteamos pérdidas y derrotas”

“A partir de ahora toda la economía la maneja Nicolás (Dujovne); y la política, Rogelio (Frigerio) y Emilio (Monzó)”.En la mesa del restaurante Oviedo, y ante el G-7, el flamante grupo de siete dirigentes que asesoran al Presidente, Marcos Peña transmitió el nuevo esquema de gestión en el que desde este lunes se mueve el Gobierno.

A Peña, además de Frigerio y Monzó, lo escucharon la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; Alfredo Cornejo, titular del Comité Nacional radical – que ocupó el lugar de Ernesto Sanz- y el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Nadie puso objeciones porque, se sabe, lo que comunica Peña siempre es la voluntad del Presidente.

Tal vez lo de Frigerio y Monzó fue asimilado con más naturalidad: el ministro del Interior es el principal responsable del vínculo con los gobernadores, un punto clave en la negociación para reducir el déficit; mientras el titular de la Cámara de Diputados, en su regreso a la mesa de decisiones, es imprescindible para la apertura que impulsa Macri en búsqueda de consenso.

Igual, ambos saben que este anuncio de Peña, que oficializó la voluntad del Presidente, no les otorga poderes ilimitados: deberán responder al propio jefe de Gabinete y, lógicamente, al G-7.

Hoy, en medio de tantas versiones cruzadas, Peña arrancó su jornada con un discurso en “El futuro de los negocios en América”, un evento anual que organiza la Asociación de Cámaras de Comercio de los Estados Unidos de Latinoamérica y el Caribe (AACCLA) y que este año, por primera vez, alberga AmCham Argentina.

En su discurso ante referentes del sector privado y algunos funcionarios de su Gobierno, Peña evitó cualquier alusión a los cambios en el Gabinete, pero sí abordó temas de coyuntura, como el acuerdo con el FMI (“No van resolver nuestros problemas pero tampoco los van a agravar: no hay conspiraciones mundiales tratando de perjudicarnos”, lanzó) y la convocatoria de Mauricio Macri a la oposición, a la que pidió “que haga un cambio de mentalidad y se abra de corazón”.

Pero al retirarse del hotel Alvear Icon de Puerto Madero, Peña no pudo evitar las preguntas de los periodistas. Aunque buscó relativizar el impacto de los cambios: dijo que “no se habla de un súper ministro” y negó que haya ministros que pierden con esta decisión de Macri. “No planteamos pérdidas y derrotas: planteamos trabajo en equipo, que se va a seguir reforzando”, esquivó.

La consulta de algún modo lo involucraba, ya que como cabeza del tridente de Jefatura de Gabinete, las últimas decisiones del jefe de Estado abrieron el juego a otros actores que hasta el momento no tenían incidencia en la toma de decisiones y, por el contrario, esmerilaron a dos de sus espadas. Entonces la pregunta fue inevitable:

-¿Qué van a hacer Mario Quintana y Gustavo Lopetegui?

“Siguen siendo los vicejefes que tienen a cargo la coordinación del Gobierno”, respondió, con su habitual sonrisa imperturbable, intentando desdramatizar.

La respuesta de Peña, que se abrió camino y evitó responder sobre el informe de Jorge Lanata que anoche dio cuenta de que Quintana “mintió” ya que sigue manejando a la firma Farmacity, fue ampliada por uno de sus más estrechos colaboradores: “Lo que cambia es que ahora Dujovne reúne a todo el Gabinete económico en su ministerio. Pero después va a tener que seguir reportando a Mario y a Gustavo. Lo mismo Rogelio y Emilio, con Marcos”.

De todos modos, este nuevo esquema no deja de ser un empoderamiento del ala política. Y, con el “ascenso” de Dujovne, parece constituirse un nuevo triángulo de poder en la gestión. La pregunta sobre las nuevas funciones de Quintana y Lopetegui por ahora no tiene una respuesta clara, más allá de los esfuerzos de parte del Gobierno por cuidarlos, sobre todo al golpeado ex CEO de Farmacity.

A propósito, sobre los cambios y el empoderamiento de Dujovne, el ministro de Producción Francisco Cabrera, uno de los que más sufrió a Quintana como coordinador, dijo: “Lo veo en forma positiva. Sentarse a discutir en una mesa la baja del gasto, coordinados por quien tiene la responsabilidad del cumplimiento del Presupuesto, es muy bueno”. Al parecer, en un Gabinete tan diverso, hay quienes sí creen en que hay vencedores y vencidos.

Fuente: Clarín

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