Macri criticó fuerte a los gremios docentes y el paro se sintió menos que los anteriores
El Presidente los acusó de radicalizar el conflicto y señaló que “encima que violan las normas, hacen paro”. El Gobierno busca ampliar las diferencias internas de los sindicatos.
“¿Qué papel le da a la innovación en el desarrollo del país?”. Aunque la primera de las preguntas que le realizó un grupo de emprendedores convocados en el Centro Cultural Kirchner, en virtud del anuncio de la nueva ley de emprendedores, apuntaba a otro tema, Mauricio Macri no quiso dejar pasar la oportunidad para redoblar la apuesta contra los gremios docentes y, lejos de buscar conciliar tras el desalojo de la Plaza Congreso, los acusó de “radicalizar” el conflicto salarial y señaló que “encima que violan las normas, hacen paro”.
Fue la primera alusión del Presidente al tema tras el violento desalojo del domingo a la noche protagonizado por la Policía de la Ciudad cuando un grupo de docentes intentaba instalar, sin la habilitación correspondiente, una carpa docente frente al Congreso.
El jefe de Estado inició su derrotero de críticas a los gremios con un balance del nivel de la educación pública en la Argentina. En principio, recordó los resultados que arrojaron las pruebas Aprender. “Ya evaluamos y vimos lo mal que nos ha ido en los últimos 10 años, que la mitad de los que empiezan primer grado terminan el colegio; y que, de esa mitad, sólo el 30 por ciento va a conseguir un buen trabajo”, recordó. La cita a los diez años kirchneristas no fue casual: es que en Casa Rosada refuerzan la idea de que la resistencia de los gremios obedece a un supuesto mandamiento de Cristina y sus dirigentes. El concepto no sólo se aplica en el caso del líder de Suteba, Roberto Baradel, quien a su vez el mes que viene se juega su permanencia al frente del gremio; sino también a otros referentes.
“Tenemos gremios docentes que en vez de reconocer el mal resultado (de la educación pública) y hacer alguna autocrítica y sentarse en una mesa, radicalizan la defensa de lo que han hecho”, cuestionó Macri. “Y peor -siguió- nos encontramos con gremios docentes que, representando a quien representan, y en vez de dar el ejemplo de cumplir con las normas, violan las normas. Y encima que violan las normas, como (la Ciudad) reacciona, hacen paro. Y eso es lo que no queremos más”.
El grueso de los emprendedores asistentes, convocados por el ministro de Producción Francisco Cabrera, lo interrumpió con aplausos.
Mientras el Presidente exponía en el CCK, en Plaza de Mayo, alrededor de la Pirámide, un grupo de docentes universitarios, nucleados en la AGD y en la Conadu Histórica, dictaba clases a alumnos del CBC en “aulas itinerantes”, sin carpas, pero con sillas y pizarrones. Si bien la jornada, que incluyó más de 100 clases de distintas materias, se desarrolló en un clima de calma, por si acaso la Policía de la Ciudad valló el acceso a Casa Rosada.
Más allá de su dura réplica, el Presidente diferenció a los gremios de los docentes. “Nosotros queremos apoyar a nuestros docentes, porque si no les damos herramientas ellos no van a poder dárselas a los chicos”, remarcó Macri, con tono conciliador para los trabajadores. Y propuso que “alrededor de una mesa se sienten, en equipo, los padres, los docentes, el gobierno, para estudiar de qué manera se va a mejorar”.
En ese mismo sentido, antes de llegar al CCK, Macri mantuvo una reunión con intelectuales en el Salón de los Científicos de Casa de Gobierno, donde precisamente abordó la cuestión. “Se habló de que la formación sea uno de los determinantes (del salario docente). Hoy lo es, pero que lo sea más; ya que actualmente se pondera mucho más la antigüedad que la formación, cuando la formación no es tan buena”, contó el coordinador del Diálogo Argentina 2030, Eduardo Levy Yeyati.
La estrategia del Gobierno esconde dos objetivos: no sólo mostrarse abierto al diálogo, sino también la intención de ampliar la grieta que, según creen en el Gobierno, comienza a vislumbrarse puertas adentro de los sindicatos.
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“El bajo nivel de acatamiento del paro de hoy (por ayer) es un síntoma de que las medidas extremas están perdiendo legitimidad entre los docentes”, analizó ante este diario un funcionario que festejaba porque adhirió “menos del 30 por ciento” de los docentes. En efecto, el paro se sintió menos que los anteriores.
Más vehemente había sido el ministro de Educación Esteban Bullrich bien temprano. “Es una dirigencia incapaz de reflexionar”, sostuvo en radio La Red. Y avisó que el Gobierno no va a ceder en su postura de no convocar a una paritaria nacional: “Me voy a sentar a conversar cuando dejen de pedir algo que ya se hizo (por la paritaria nacional) como excusa para no cerrar la paritaria de la provincia de Buenos Aires”.
Aunque ayer a la tarde la Ciudad confirmó la habilitación para que los docentes instalen la carpa docente frente al Congreso, en el Gobierno no lo tomaron como una derrota. Sí, en cambio, admitieron que lo del domingo cambió el eje de la discusión. “Ellos vieron que el sábado se publicó que María Eugenia (Vidal) había logrado que se levantara el paro y buscaron empantanar todo y hablar de represión, cuando no lo fue. Y lo lograron”, se lamentaba un funcionario.