Los tripulantes del velero Galileo homenajearon a las víctimas del crucero General Belgrano
El velero “Galileo”, de la Fundación Malvinas Argentinas de Bahía Blanca, cumplió el objetivo de realizar en alta mar un homenaje a los soldados fallecidos por el hundimiento del Crucero General Belgrano durante la guerra con Gran Bretaña en 1982, y arrojaron al mar botellas, flores, banderas, rosarios y cartas de sus familiares.
La ceremonia, realizada en cercanías del lugar donde se hundió la embarcación, al sudeste de la Isla de los Estados, se concretó en medio de un mar embravecido y recién pudo ser confirmada el domingo por los miembros de la tripulación, quienes estuvieron varios días casi sin comunicación con tierra y navegando en medio de “vientos fuertes y condiciones climáticas adversas”, describieron a Télam los organizadores de la expedición.
El Galileo, con cuatro tripulantes a bordo de los seis originales (dos desembarcaron en Ushuaia por cuestiones laborales), logró capear el mal clima del Atlántico Sur y luego buscó refugio en el puerto de la localidad santacruceña de San Julián, donde permanecía hasta que la condición de los vientos le permita seguir el viaje de regreso a Buenos Aires.
“Estamos muy emocionados porque pudimos llegar hasta la zona del hundimiento del Belgrano y en una ceremonia breve, porque el mar estaba embravecido, logramos arrojar al agua una botella con el logo de la Fundación Malvinas y una caja metálica con cartas escritas por los familiares de nuestros héroes”, contó a Télam Nilo Navas, líder e ideólogo de la travesía, quien es además ex combatiente de la guerra y sobreviviente del Belgrano.
La botella, que ya viaja por el mar, tiene en su interior un texto escrito en español y en inglés que rinde honores a los marinos caídos en combate, y la caja, además de las cartas, portaba flores, banderas, rosarios y otros objetos aportados por familiares de los veteranos de la guerra.
“Soplaban vientos de entre 60 y 70 nudos. El mar no daba respiro y nos complicaba la navegabilidad. Pero fue ahí, en un lugar que bautizamos como el corazón de la soberanía por su equidistancia con las islas y con Ushuaia, la capital de Malvinas, donde hicimos nuestro simbólico acto, que quedó registrado en fotos y en imágenes”, describió Navas.