Lo echaron de la maratón de Rosario Central por llevar un mensaje de paz
Rosario es una de las ciudades con más rivalidad futbolística de nuestro país. La confrontación entre los hinchas de Rosario Central y Newell´s muchas veces pasa el límite de lo establecido y cada vez que eso ocurre estamos en presencia de una muestra de violencia. No son casualidades hechos que repudia todo el mundo del fútbol como el hostigamiento a Brian Sarmiento después de perder el clásico en medio de sus vacaciones o las amenazas a Javier Pinola y su familia cuando decidió jugar para River. Tal fue la muestra de violencia, que el defensor tuvo que irse de la ciudad de madrugada y de incógnito, sin siquiera poder despedirse.
Ahora otro hecho empaña el presente de una de las ciudades más hermosas de nuestro país. Jorge Marcote, un hincha de Rosario Central que corre maratones con una camiseta mitad “canalla” mitad “leprosa” con un mensaje de paz, fue echado de una carrera que organizó el club de Arroyito. Cuando se disponía a participar, un organizador lo sacó de la competencia y lo amenazó con “cagarlo a trompadas”.
“No pretendo si quiera que este pibe se disculpe, sólo me interesa sentarme, escucharlo y que me escuche”, dijo Marcote al diario La Capital con profunda tristeza.
Como desde hace diez años, la maratón de los hinchas de Central tuvo una nueva edición en los alrededores de Arroyito. Se trató de la carrera para festejar los 128 años de vida del club y miles de simpatizantes acudieron a la cita deportiva. Pero a Marcote lo dejaron con las ganas. Según relató el maratonista a este diario, un “pibe” de la organización que entregaba los kits se le acercó y le dijo: “Si corrés con esa camiseta, te cago a trompadas”.
El hombre, de 60 años, hincha de Central y asiduo concurrente al estadio con sus hijos, no pudo ocultar su tristeza por lo ocurrido. Hace casi tres años que corre todos los fines de semana con la camiseta de ambos clubes rosarinos.“Es un mensaje que intento llevar a todos lados, todos me conocen; tenemos que frenar el odio. Me echaron de mi casa y eso duele. Pero esto es parte de lo que estamos viviendo como sociedad. A esta gente hay que educarla, sentarla en una mesa y que respondan por qué no pude correr la maratón”.
Después del mal momento que le tocó vivir, volvió hasta el auto de un amigo, tomó la mochila y se fue a caminar por la calle recreativa. Le habían ofrecido correr con otra remera, pero desistió. Había perdido las ganas. “La verdad, no me esperaba una cosa así, menos en mi casa de toda la vida. Nací a media cuadra, llevé a mis hijos a la cancha, pero hay que seguir, no queda otra”, dice resignado.
Fuente: TN