Las tres reglas sexuales que siguen las parejas felices
El sexo frecuente y una relación duradera y feliz son dos conceptos completamente compatibles, aunque se suele pensar que con el tiempo el deseo tiende a desaparecer. Muchas parejas son capaces de mantener los niveles de pasión altos durante años e incluso décadas.
Existen maneras muy diversas de conectar en la intimidad pero siempre son necesarios respeto, amor y cariño, según afirman los terapuetas sexuales.
Estos ingredientes son los que forjan las bases de los tres hábitos sexuales que tienen todas las parejas felices que remarcar los especialistas en esta cuestión:
1. Buscan tiempo para la intimidad: algunas parejas tienen una vida social, familiar o laboral tan intensa que encontrar el momento para estar los dos solos es un desafío. No obstante, es importante dedicar un esfuerzo extra a esta tarea para que la vida sexual no decaiga ya que fortalece la conexión entre ambos.
2. Tienen sexo cuando ambos quieren: hacerlo por compromiso solo porque el otro tiene ganas puede provocar el efecto contrario al deseado, es decir, que al final se sienta como una obligación. Una estrategia para que el deseo no se apague es mostrar a la otra persona el interés que despierta en uno.
3. No demandan cosas imposibles: cumplir las fantasías del otro es una forma de romper con la rutina y ampliar la variedad de los encuentros sexuales, pero ese no debe ser el único objetivo de la intimidad. Se debe entender que cada encuentro no puede ser especialmente particular, sino que lo fundamental es conectar, darse placer y mostrar el amor que sienten por el otro.
Uno de los sustentos básicos de cualquier relación es una intimidad satisfactoria y plena, por lo que es bueno incorporar hábitos para cuidar ese aspecto del vínculo.
Dejar de tocar al otro y no compartir momentos de intimidad hace que la necesidad de contacto no se produzca y, de forma paulatina, se desactive el deseo. Esto causa que cada vez se vuelva menos probable que surjan espontáneamente las ganas de tener sexo, algo que tiene consecuencias catastróficas para cualquier relación de pareja.
Si se empieza a notar que la vida sexual ya no es satisfactoria y no se encuentran estrategias para remediar la situación, consultar con un profesional puede ser una buena solución.