jueves, noviembre 21, 2024
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Las mujeres que se despiertan de noche “son más propensas” a sufrir derrames cerebrales o ataques cardíacos

Un nuevo estudio indicó que las mujeres que se despiertan por la noche tienen hasta el doble de probabilidades de sufrir accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos. La investigación fue realizada por la Universidad de Adelaide en Australia. Se publicó en el European Heart Journal.

Frente a esto, los médicos advirtieron que el riesgo podría reducirse si las mujeres pierden peso, bloquean los sonidos con tapones para los oídos o tratan los ronquidos.

Los datos fueron relevados en un proyecto de investigación a largo plazo sobre la “vigilia inconsciente” durante la noche. Es parte de la capacidad del cuerpo para responder a situaciones que podrían ser peligrosas como dolor, ruido, luz y temperaturas. Si bien la mayoría de las personas que duermen no recordarán haberlo experimentado, se sentirán muy cansados ​​a la mañana siguiente.

Las interrupciones del sueño están relacionadas con problemas de salud, incluida una presión arterial más alta. Para eso, utilizaron información recopilada de tres estudios en los que 8.000 hombres y mujeres usaron un monitor de sueño durante una noche de sueño. A cada uno se le dio un puntaje porcentual de “carga de excitación” compuesto por la frecuencia con la que se despertaban por la noche, por cuánto tiempo y en comparación con cuánto tiempo dormían en total.

El seguimiento de los participantes varió desde un promedio de seis a 11 años. Las conclusiones determinaron que las mujeres se despertaban por la noche menos que los hombres. Sin embargo, el impacto de la “vigilia inconsciente” pareció ser mayor en las mujeres.

Las mujeres que se despertaban más por la noche (el 6,5% de su sueño nocturno) tenían entre un 60 y un 100% de riesgo de morir de enfermedad cardiovascular que las mujeres que dormían sin interrupciones. En tanto, el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular fue del 12,8% en comparación con el 6,7%. Mientras que el riesgo por otras causas aumentó entre un 20 y un 60%.

Los hombres tenían un riesgo menos significativo, ya que aquellos que se despertaban más tenían un riesgo del 13,4 por ciento y el 33,7 por ciento de morir de enfermedad cardiovascular por cualquier causa, respectivamente.

Esto se compara con el 9,6 por ciento y el 28 por ciento en los hombres que disfrutaron de una noche de sueño completo.

En el final, los autores explicaron que “lo que queda por determinar es si una intervención destinada a mejorar la calidad del sueño es capaz de reducir la incidencia de eventos cardiovasculares y la mortalidad”.

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