jueves, noviembre 21, 2024
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Las canciones que la dictadura quiso desaparecer

El Ministerio de Cultura organizó el evento Canciones prohibidas. Varios artistas interpretaron temas, argentinos y extranjeros, que sufrieron la censura. También contaron la historia detrás de algunas de esas letras.

Canciones a las que quisieron desaparecer. Canciones surtidas, en temáticas y géneros, en climas. Canciones que, en algunos casos, al parecer sin intención de sus creadores, terminaron hablando de la memoria, la verdad, la justicia. Odas a la libertad, aunque también al humor, al amor, al erotismo y la belleza. Canciones argentinas y extranjeras, que metieron el dedo en la llaga. “Las dictaduras prohíben la vida, la felicidad, las ganas de hacer cosas. En muchas canciones censuradas, el tema no hacía explícitamente una crítica política: es que la fiesta los desmorona. Vamos a seguir potenciándola”, sostuvo el escritor Daniel Molina, ayer, en Tecnópolis. La megamuestra de ciencia, arte y tecnología abrió sus puertas en el 39º aniversario del golpe y en el pabellón del Ministerio de Cultura se desarrolló el recital Canciones prohibidas.

Músicos de distintas generaciones y estilos, entre ellos, Emilio del Guercio, Rodolfo García, Gabo Ferro, Leo García, Lucio Mantel, Pablo Dacal, Carlos Aguirre, Las Taradas, Luciana Jury y Tonolec, interpretaron algunos de los temas que prohibió el Comfer en la última dictadura. Estas canciones figuraban en una lista que circulaba con el “Cantables cuyas letras se consideran no aptas para ser difundidas por los servicios de radiodifusión”. El recital comenzó pasadas las 18. El espacio se colmó de jóvenes y de familias tomando mate, y las canciones eran adornadas por el murmullo de los niños, que jugueteaban desparramados por el piso.

“Libertad”, canta Del Guercio, la guitarra colgando, los brazos para arriba. “Libertad”, repite. “¿Quién te puede, quién te puede parar, cuando el ave sopla luz de libertad?”, pregunta. Está cantando “Violencia en el parque”, tema de su autoría que grabó Aquelarre. Es uno de los momentos más emotivos de la tarde. La palabra “libertad” significa mucho. Significa todo. Del Guercio y Rodolfo García, recibidos y aplaudidos de pie, están entre los músicos de más edad que participan de Canciones prohibidas. Antes de su canción, el guitarrista leyó: “Hicimos nuestra música a pesar de todas las circunstancias que vivíamos. Son simples canciones, no revoluciones. Son miles de latidos que nos mantienen unidos, risas y llantos que algunos pescamos en este gran río en el que todos viajamos”.

Canciones prohibidas fue un viaje en el tiempo que se posó en distintas emociones. Hubo dolor, en la versión que Loli Molina hizo de “Viernes 3 am”, o cuando Charo Bogarín mencionó a su padre, Pancho, desaparecido, antes de cantar un tema de Zitarrosa. Hubo retazos de historia y de política, ya que varios de los temas hablaban de la libertad o de la necesidad de. Al oír la letra original de “Ayer nomás”, de Moris y Pipo Lernoud, una amiga le confesaba a la otra: “Me sorprende… ¡la verdad es que solamente conocía la versión cursi!”. Del baúl de los recuerdos se desempolvaron temas conocidos y otros no tanto. La sensualidad y el erotismo en primer plano. Varios intérpretes, sobre todo las mujeres, aludieron a esto: la dictadura censuró al sexo, al amor, a la celebración. Incomodidad generó en la platea la jugada versión que hicieron Pablo Dacal y Liza Casullo de “Yo te amo, yo tampoco”, de Serge Gainsbourg, a los gritos, simulando orgasmos; llevando todo lo que el tema ya tiene al extremo. Las Taradas, todas ellas vestidas de negro, también se refirieron a la sensualidad y el humor, antes de entregar una versión de “Bésame, amor”, de Yoko Ono. “Van a escuchar y van a decir ‘¿esto estaba prohibido?’”, opinó Luciana Jury, que entonó “Me muero, me muero”, de Lolita de la Colina. Hubo clima de festejo con “Chacarera del expediente”, de Leguizamón, que cantaron Molina y Lucio Mantel. Hubo tiempo, incluso, para el baile. El grupo Fauna ofreció una versión remixada de “Me gusta ese tajo”, de Spinetta. En el medio del tema, se coló “Tajo”, de Divididos, y una pregunta perfecta para este día: “¿dónde está Jorge Julio López?”. Gabo Ferro se lució con “Te recuerdo, Amanda”, de Víctor Jara, y “Estamos prisioneros”, de Armando Tejada Gómez y Horacio Guarany. El tango quedó representado con “Gilito de Barrio Norte”, de María Elena Walsh, por parte del Chino Laborde. Completaron la lista: “Cara de tramposo, ojos de atorrante”, de Cacho Castaña; “La mujer que yo quiero”, de Joan Manuel Serrat, y “Adagio a mi país”, de Alfredo Zitarrosa, entre otros.

En un momento tomó la palabra Pipo Lernoud. “Vieron que hay canciones de todo tipo en la lista: de rockeros, de folkloristas, tangueros… hay muchas canciones de humor también prohibidas”, definió. Y luego repasó el recorrido de “Ayer nomás” desde su nacimiento. Según contó, “Ayer nomás” fue prohibida en 1966. Luego, Los Gatos tuvieron la posibilidad de grabarla. “Pero en la grabadora les dijeron: ‘Miren que acaba de tomar el poder un gobierno militar; esta letra no va, es un poco fuerte’.” Los autores acordaron con Litto Nebbia que él escribiera su propia versión. Luego, Moris grabó la original. “Cuando la presentaron Los Beatniks, en La Cueva, hicimos una conferencia de prensa. Me pidieron que escribiera algo para presentarlos. Cuando me llamaron para este evento, me acordé de eso, que estaba guardado en un cuaderno viejo mío, que jamás vio la luz en ninguna forma. Se distribuyó sólo en La Cueva, en junio de 1966”, resaltó el poeta y periodista. Y entonces, leyó: “Basta de asesinos en el timón. Callar… uniforme a la vista. Decirlo todo aunque nos serruchen. ¿Quién te impide hablar? Ellos no. Tu miedo. Vos te venís imponiendo silencio desde siempre. Por eso esta gente se junta para cantar, para bailar. Bailar en las cabezas de los que mantienen las guerras, el hambre, la represión. Echarse un buen alarido en los orejones de los poderosos”.

Fuente: Pagina12.

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