La Selección jugará su sexta final en un Mundial e irá en busca de la tercera estrella
La Selección argentina, capitaneada por Lionel Messi, buscará el próximo domingo sumar su tercer título mundial en lo que será su sexta final.
Los dirigidos por Lionel Scaloni accedieron al último partido tras superar a Croacia por 3-0 en las semifinales: anteriormente, habían vencido a Australia por 2-1 en octavos de final y a Países Bajos 4-2 en la tanda de penales luego del 2-2 que se mantuvo durante el tiempo suplementario.
En la fase inicial, el camino en el Grupo C había empezado de manera complicada para la Selección por la sorpresiva derrota 2-1 frente a Arabia Saudita: ese tropiezo obligó a la Argentina a jugar de allí en más una final detrás de otra, lo que sirvió para ratificar el carácter y la unión de la Scaloneta.
El próximo domingo a las 12 en el Estadio Lusail la albiceleste jugará su sexta final de una Copa del Mundo, con la ilusión de bordar sobre el escudo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) su tercera estrella dorada.
En el primer Mundial, disputado en 1930 en Uruguay, los conducidos por Guillermo Stábile -terminó goleador del certamen- perdieron la final contra la Celeste en el Estadio Centenario, de Montevideo: fue 4-2 en favor de los locales, quienes venían de coronarse campeones en los Juegos Olímpicos de París 1924 y Ámsterdam 1928.
Tuvieron que pasar 48 años para que la Argentina volviera a meterse en el partido decisivo de un Mundial. En el Estadio Monumental y frente a la temible Naranja Mecánica, los dirigidos por César Luis Menotti ganaron la final por 3-1 y levantaron la copa más preciada por primera vez.
Ocho años más tarde, esta vez con Carlos Salvador Bilardo en el banco y con Diego Armando Maradona como gran figura, la Selección llegó nuevamente a la final y derrotó 3-2 a Alemania en el Estadio Azteca, obteniendo su segunda estrella.
En Italia 90, con varios de los campeones de México 86, la Argentina arañó su tercer título mundial, pero en el partido clave cayó 1-0 contra Alemania: el penal cobrado por el árbitro mexicano Edgardo Codesal y convertido por Andreas Brehme terminó con la ilusión de Maradona, quien concluyó el certamen entre lágrimas.
Tras varias ilusiones y tropiezos, en Brasil 2014 la Selección pudo “cruzar el Rubicón”, como definía Alejandro Sabella a los cuartos de final, y llegó a la final: el rival nuevamente sería Alemania y, al igual que en el Estadio Olímpico de Roma, fue 1-0 para los teutones, con el gol de Mario Götze a los 113 minutos.
En Qatar, donde la Argentina comenzó en 1995 su etapa más gloriosa en la categoría Sub-20 de la mano de José Pekerman, la albiceleste espera darle a Lionel Messi lo único que lo diferencia de Maradona: un Mundial.