La recaudación bonaerense cerró 2020 con un crecimiento interanual
Los recursos propios de la provincia de Buenos Aires alcanzaron a lo largo de 2020 un total de $467.016 millones, monto que representa una suba interanual de 27,6%, y refleja la recuperación experimentada en los últimos meses que permitió dejar atrás lo peor de la pandemia de coronavirus, se informó hoy oficialmente.
El director de ARBA, Cristian Girard, explicó que “entre marzo y abril de 2020 la recaudación sintió el impacto más profundo de la crisis sanitaria. Luego de esa caída, comenzó a revertirse la tendencia y se inició una progresiva recuperación que fue consolidándose con el correr de los meses”.
En el transcurso de 2020, el Impuesto sobre los Ingresos Brutos exhibió un crecimiento de 29,1%, totalizando $339.086 millones, y esa evolución tuvo como marco una caída implícita del nivel de actividad que estuvo en torno del 9,7%, con un impacto negativo que fue heterogéneo y afectó de manera diferente los distintos rubros de la economía.
Respecto del tributo de Sellos, la recaudación alcanzó los $37.043 millones, con una suba de 22,9%, y en este caso la evolución del impuesto se vio perjudicada, en particular entre abril y mayo de 2020, por impacto de la crisis sanitaria en los rubros inmobiliario y automotriz. A partir de ahí, se observó una recuperación que fue coincidente con la mejora evidenciada en esos sectores.
El Impuesto Inmobiliario Urbano (Edificado y Baldío) aportó en 2020 un total de $28.276 millones, con un incremento interanual de 41%, mientras que el Inmobiliario Rural sumó $14.131 millones, con una mejora de 40,6% en comparación con 2019.
A lo largo del año, Automotores y Embarcaciones Deportivas totalizaron $37.653 millones, con un crecimiento de 28,5%, en tanto los planes de regularización sumaron $9.934 millones y el tributo a la Transmisión Gratuita de Bienes aportó $893 millones.
En cuanto a los efectos negativos provocados por la pandemia, por un lado generó una caída notoria en el nivel de actividad, que tuvo su impacto en la evolución de Ingresos Brutos y Sellos; y por otro, afectó la cobrabilidad de todos los impuestos patrimoniales, en particular automotores y embarcaciones.
Las medidas de ARBA destinadas a paliar la crisis y la paulatina recuperación del nivel de actividad, con su impacto favorable en el poder adquisitivo de los contribuyentes, fueron menguando ese deterioro de la cobrabilidad, sobre todo a partir de la segunda mitad de 2020, lo que se tradujo en una progresiva mejora de la recaudación, según se informó.